Monday, December 8, 2008
La competencia de Neelie Kroes
La industria farmacéutica se enfrenta desde hace algunos años al vencimiento de las patentes de sus blockbusters, los productos que más ingresos le reportan. Esta tendencia será mucho más acusada a finales de la presente década, cuando se alcance el conocido como ‘precipicio de las patentes’. Por este motivo, uno de los mayores desafíos de este sector lo constituye el hallazgo de nuevos productos que reemplacen a los anteriores y que compensen la pérdida de facturación que conlleva la entrada de genéricos equivalentes.
Con este trasfondo, la comisaria anticompetencia, Neelie Kroes, ha presentado hace unos días un informe en el que se da cuenta de algunos hallazgos preliminares sobre una investigación iniciada en enero pasado con el fin de analizar la conducta de compañías innovadoras y de genéricos de las que se sospecha que podrían estar llevando a cabo prácticas restrictivas de la competencia encaminadas a frenar la llegada al mercado de nuevos medicamentos genéricos. Según declaraciones de la comisaria al New York Times, las prácticas anticompetitivas de las innovadoras han podido suponer entre los años 2000 y 2007 un gasto sanitario adicional de 3.000 millones de euros.
La Comisión Europea también cree que las farmacéuticas investigadoras demoran la llegada al mercado de nuevos productos innovadores. Las compañías se defienden argumentado que ellas son las primeras interesadas en introducir nuevos productos y que si no lo hacen antes es debido a escollos de tipo legal o técnico. Al hilo de este asunto coincido con la opinión de Jordi Faus (abogado y socio de Faus & Moliner), quien en estas páginas señalaba que las premisas sobre las que trabaja la Comisión no parecen muy acertadas (ver EG, nº 368).
Mientras que la Comisión observa (y tiene buenos informes que así se lo indican) cómo se ha ido reduciendo la productividad innovadora del sector y cómo su competitividad empeora progresivamente, en lugar de hacer un alarde de autocrítica, de reconocer cierta falta de celo en la asunción de sus obligaciones y de entonar el mea culpa, prefiere optar por la estrategia de ‘la mejor defensa es un buen ataque’. Y así no muestra recato alguno en cargar sobre las espaldas de la industria (innovadora y de genéricos) la responsabilidad de la situación.
Resulta sorprenderte el revuelo causado recientemente cuando desde la Comisión no se ha dado a conocer hechos concretos, sino tan sólo citas seleccionadas que procuran injustamente una visión sesgada e indiscriminada del sector, que vuelve de nuevo a ser ‘el malo de la película’, con la inoportuna colaboración de algunos medios poco profesionales que no han dudado en evocar los fantasmas de siempre y de citar incluso una de las novelas del escritor John Le Carré, quien parece ser ya una referencia obligada en estos asuntos.
A nadie le debe causar extrañeza que las empresas utilicen todos los medios legales y legítimos a su alcance para defender su posición competitiva. Las investigadoras tratan de proteger sus innovaciones y las de genéricos tratan de llegar cuanto antes al mercado. Mientras que corresponde a los poderes públicos establecer, revisar y actualizar, si así se juzga oportuno, las reglas del juego competitivo, velando por que se alcance y mantenga un sano equilibrio, un punto medio en el que conviva una competencia sólida en el sector con un estímulo a la innovación, y una rivalidad justa en beneficio, en último término, de los consumidores, pacientes o contribuyentes, a quienes se deben.
Todo ello debería traducirse en el mercado farmacéutico europeo en procurar unas condiciones que favorezcan el desarrollo de un mercado de genéricos sin menoscabo de la competitividad del sector en su conjunto. Visto desde el lado del paciente o contribuyente, si bien es cierto que a éste le conviene pagar menos por sus tratamientos, también le interesa que se sigan desarrollando terapias innovadoras, que le aporten sobre todo más eficacia y mayor seguridad.
Monday, December 1, 2008
Las gigantes de la industria buscan remedio en la medicina regenerativa
GlaxoSmithKline (GSK) firmó recientemente un acuerdo con el Instituto de Células Madre de la Universidad de Harvard para desarrollar terapias contra el cáncer, la diabetes y otras patologías. En la misma línea que GSK, Pfizer también parece haber visto la oportunidad en este terreno y hace algunas fechas ha anunciado la puesta en marcha de una unidad que destinará recursos a la investigación en el emergente campo de las células madre.
Aunque todavía quedan muchas cuestiones por resolver, cada vez vemos más próximo el uso de terapias basadas en las células madre. Así al menos lo debe creer la compañía norteamericana, necesitada de generar ingresos cuanto antes. Pfizer se enfrenta contra reloj al vencimiento cada vez más cercano de la patente de su producto estrella, Lipitor, y precisa por encima de todo dar con alternativas que compensen la enorme pérdida de facturación prevista.
Hasta no hace mucho la terapia con células madre se veía como una posibilidad lejana, situándose prácticamente en el campo de la ciencia ficción. Por ello las compañías farmacéuticas se mantuvieron durante bastante tiempo al margen de su evolución. El desarrollo de nuevas técnicas y metodologías ha modificado la percepción que se tenía y ha llamado la atención de la industria sobre las posibilidades reales y cercanas en el horizonte que ofrece esta nueva frontera de la investigación farmacéutica.
Así, compañías europeas y norteamericanas, entre las que se encuentran GSK, Johnson & Johnson, Novartis, Pfizer, Roche y Sanofi-Aventis han decidido apostar por iniciativas en el campo de la medicina regenerativa y las células madre, orientadas al desarrollo de terapias para tratar enfermedades cardiovasculares, neurológicas, diabetes, cáncer o la investigación de modelos que permitan probar la seguridad de fármacos antes del inicio de la investigación clínica.
El momento escogido parece especialmente propicio. En una coyuntura económica difícil como la actual, las grandes compañías farmacéuticas, con balances saneados, que presentan poca deuda y con grandes cantidades de efectivo en caja, se muestran ahora más proclives a tender la mano a las pequeñas empresas investigadoras, necesitadas de fondos y de acuerdos para poder seguir financiando sus proyectos.
Además, el cambio de administración norteamericana promete dar un nuevo impulso al sector en EE.UU. El presidente electo manifestó durante la campaña electoral su intención de revertir la política de su antecesor, aprobada en 2001, respecto a la limitación impuesta a la utilización de fondos federales para la investigación con células madre de embriones. A diferencia de las células madre de adulto, las células madre embrionarias pueden transformarse en cualquiera de los más de 200 tipos de células humanas, con el fin de reparar un tejido dañado (del corazón, médula espinal, páncreas, etc.).
Hasta no hace mucho la controversia de tipo ético sobre el uso de células madre embrionarias obtenidas a partir de embriones había condicionado el apoyo de grupos políticos conservadores y motivado un menor interés por parte de la industria. El desarrollo de un método alternativo de obtención de células madre embrionarias a partir de células de adulto ha logrado salvar un importante obstáculo moral. Con estos avances, parece cuestión de tiempo que surjan nuevas terapias revolucionarias y que los trasplantes tal y como los conocemos hoy lleguen a convertirse en un remedio anacrónico.
Monday, November 10, 2008
Obama gana, ¿y la industria farmacéutica?
La victoria de Obama ya ha tenido sus primeras consecuencias para la industria farmacéutica. Poco después de la apertura de las sesiones los valores de las principales compañías europeas que cotizan en bolsa han sufrido un retroceso. GlaxoSmilthKline (GSK), Novartis y Sanofi-Aventis han cedido entre un 4 y un 5 por ciento de su valor. Según los analistas, esto responde a la posibilidad de que el nuevo inquilino de la Casa Blanca cumpla con la promesa de extender la cobertura sanitaria en Estados Unidos (mucho se ha oído hablar en esta campaña de los millones de norteamericanos que andan sin seguro), lo que seguramente reduciría los márgenes del sector (una valoración del Boston Consulting Group sitúa el impacto entre los 10.000 y los 30.000 millones de dólares).
Por otra parte, la perspectiva de que se realice una revisión del programa Medicare y de que se negocien precios menores para los pensionistas, constituye una seria amenaza para la industria en general. No olvidemos que la mayoría demócrata alcanzada en el Congreso (Casa de Representantes y Senado) facilita el que las reformas mencionadas puedan ponerse en práctica. No obstante, como comentábamos recientemente en estas páginas (ver EG, núm. 402) el carácter de valor refugio que tiene este sector actuará como contrapeso y hará que las consecuencias no sean tan marcadas como lo fueron en otras ocasiones en que la situación económica era mucho más favorable.
Conviene no perder de vista también un dato significativo. Si para el sector farmacéutico ya era tradición destinar dos tercios de sus donaciones a los republicanos y un tercio a los demócratas, por primera vez en casi 20 años, la industria ha apoyado prácticamente por igual a ambos partidos (20 millones de dólares en total, según The New York Times). Un pragmático giro a la izquierda que tal vez resulte consistente con las posibilidades de ganar que asignaban a Obama.
La industria de los medicamentos genéricos, que en Estados Unidos supone dos tercios de las prescripciones, parece valorar positivamente el próximo cambio de administración. Así al menos se lo he oído decir a Bruce Downey, el consejero delegado de Barr, en una entrevista en Bloomberg. Downey explicaba que la ampliación de la cobertura traerá un aumento de la demanda de especialidades genéricas y que, por tanto, les beneficiará. No ha desaprovechado la ocasión para romper una lanza en favor de la (últimamente) tan criticada FDA y pedir que se aplique el mismo rasero a las empresas que fabrican en Estados Unidos que a las que lo hacen fuera de este país, evocando así el reciente contencioso con Ranbaxy. Precisamente en la India, donde hay unas 80 plantas de fabricación aprobadas por la FDA, se ha recibido con notable entusiasmo la victoria de Obama.
Otros asuntos importantes que han puesto sobre la mesa ambos candidatos son la limitación de la publicidad dirigida al consumidor o el permiso para reimportar medicamentos. Con relación al primero, se pretende reformar la legislación vigente con el fin de proteger al consumidor y de asegurar una mayor transparencia en la inversión. Respecto al segundo, el nuevo marco legal deber permitir a consumidores y distribuidores la compra de medicamentos en países donde el precio es menor, como Canadá, Japón, Suiza o estados de la Unión Europea. Se espera asimismo que durante la próxima legislatura se apruebe un procedimiento de registro para biosimilares.
Monday, November 3, 2008
Más recortes de plantilla en la industria
Si el buen gestor acostumbra a trabajar con un ojo vigilando permanentemente la cuenta de resultados, en nuestro sector actualmente eso no basta. Al menos se necesita un ojo y medio. ¿De qué otro modo, si no, se pueden sostener las expectativas de mantener el beneficio por acción? Los condicionantes actuales que caracterizan al sector obligan a los consejeros delegados a revisar continuamente la previsión de ingresos y, ya que hoy lo más habitual es que ésta se vea modificada a la baja, a actuar sobre las partidas de gasto para salvar al menos el resultado final.
A ello responde el hábito (por desgracia) cada vez más extendido de anunciar recortes de plantilla, tal y como acaba de hacer de nuevo la norteamericana Merck & Co. Tras finalizar un programa por el que ha eliminado más de 10.000 empleos, se propone reducir 7.200 más hasta finales de 2011, de los que una cuarta parte corresponderá a niveles directivos medios y altos. En buena parte la decisión de recortar el 12 por ciento de su fuerza laboral responde sin duda a la necesidad de compensar el retroceso de su beneficio en un 28 por ciento.
Este anuncio viene precedido por los de otras grandes del sector. Pfizer ya se comprometió públicamente a eliminar 10.000 puestos. GlaxoSmithKline (GSK) otros 5.000. AstraZéneca anunció un recorte de 7.600 y Novartis anunció planes en diciembre para reducir su plantilla en 2.500 empleados, 550 de ellos en su fuerza de ventas de EE.UU. Debido a que los nuevos productos van orientados mayormente a mercados especialistas que a generalistas, se requieren menos representantes para informar a los médicos, por lo que muchas de las reducciones de personal están afectando a los departamentos de ventas de las compañías.
Pero también a los de I+D. Es el caso, por ejemplo, de Wyeth, quien se propone reducir de 14 a 6 las áreas de investigación (oncología, inflamación, neurociencia, vacunas, trastornos metabólicos y trastornos músculoesqueléticos) y de 60 a 27 el número de enfermedades en las que investigar. Con esta concentración de sus esfuerzos investigadores pretende alcanzar una mayor eficiencia y mejorar su productividad. En enero pasado anunció su programa ‘Project Impact’ de reducción de gastos y recortó 1.200 empleos.
Ahora IMS acaba de publicar un informe en el que revisa a la baja la facturación prevista de la industria. Según los analistas los resultados pueden ser todavía peores que los que inicialmente se previeron. Para el mercado norteamericano, el primero a nivel mundial, el crecimiento previsto se sitúa en tan sólo el 1 por ciento, el más bajo de los últimos 40 años. Uno de los factores que se ha tenido en cuenta al hacer esta estimación es la posición más conservadora, debido a su preocupación por la seguridad, que está adoptando la FDA a la hora de otorgar nuevas aprobaciones. El número de éstas se encuentra en el nivel más bajo de los últimos 24 años, según informa Bloomberg.
Algunas compañías están padeciendo además las consecuencias de largos procesos judiciales que se derivan de demandas colectivas en relación con la seguridad de ciertos medicamentos. Por ejemplo, Merck & Co acordó en fechas recientes abonar 4.850 millones de dólares a demandantes que declararon haber padecido efectos cardiovasculares que se habían asociado al consumo de Vioxx, retirado del mercado en 2004.
Todo parece apuntar a que en el futuro inmediato la reducción de empleos va a continuar siendo más la regla que la excepción. Sobre todo si las compañías investigadoras siguen sufriendo nuevos reveses o retrasos en las aprobaciones de nuevos productos. La actual coyuntura impone por tanto a quienes tienen la máxima responsabilidad frente a sus accionistas el deber de seguir adaptando el tamaño de las compañías a los ingresos esperados.
Monday, October 20, 2008
La crisis y el sector farmacéutico
En medio de la gran turbulencia económico-financiera mundial en la que nos hallamos inmersos, resulta casi obligado preguntarse por cuál va a ser la repercusión inmediata o futura sobre el sector en el que desarrollamos nuestra actividad profesional. ¿Cómo va a impactar la presente restricción crediticia? ¿Afectará por igual a las grandes compañías investigadoras que a las pequeñas biotecnológicas? ¿Agravará aún más la particular coyuntura que vive el sector?
De una parte, la demanda de medicamentos, en tanto que bienes de primera necesidad, tiende a comportarse de modo inelástico, por lo que su evolución temporal se correlaciona mal con los vaivenes económicos. Así, la industria farmacéutica se ha visto tradicionalmente como un mercado relativamente seguro en tiempos de crisis, una opción a tener en cuenta por los inversores que buscan un refugio donde guarecerse hasta que la tormenta amaine y vuelva a brillar el sol en los mercados.
Aunque históricamente y de un modo general la visión anterior puede haber sido válida, no estamos tan seguros de poderla aplicar en el momento presente. Los rendimientos decrecientes en I+D y la dificultad para lanzar nuevos productos, los vencimientos de las patentes, la competencia de genéricos, los márgenes decrecientes y otros retos propios del sector farmacéutico tienden a reducir las expectativas que tiene cualquier inversor actual o futuro de obtener un retorno razonable para su capital.
Hasta ahora hemos podido escuchar opiniones diversas respecto a las consecuencias de la crisis para la industria farmacéutica. Hace unos días, David Brennan, consejero delegado de AstraZéneca, manifestaba convencido que la crisis afectaría al sector, aunque los efectos llegarían de forma indirecta, a través de los gobiernos, que son quienes gestionan el gasto sanitario y quienes se verán más presionados que nunca para contenerlos. Por el contrario, Chris Phelps, jefe de análisis de compañías de Datamonitor, ofrece una visión más optimista y opina que las farmacéuticas capearán bien el temporal, llegando incluso a aprovechar su gran disponibilidad de efectivo para financiar nuevas adquisiciones.
Diversos informes destacan la particular fortaleza de los balances de las compañías farmacéuticas, rebosantes de tesorería y con muy poca deuda en general., lo que las hace poco vulnerables a la crisis de crédito imperante. Según Datamonitor, la deuda neta promedio de las 20 primeras empresas farmacéuticas supone tan solo un 6 por ciento de su capital. Mientras que para las instituciones financieras representa en promedio un 95 por ciento.
La industria norteamericana merece un comentario adicional, pues aunque dispone de gran cantidad de efectivo, la mayor parte se encuentra en el exterior y las compañías se resisten a importarlo por las repercusiones fiscales, que pueden llegar a suponer hasta un 30 por ciento en impuestos. Por ello, para poder financiar el pago de dividendos, la recompra de acciones u operaciones de compra las compañías optan por el endeudamiento. Un ejemplo reciente es el préstamo de unos 3.000 millones de dólares que Lilly ha previsto para la adquisición de ImClone Systems.
Para las pequeñas biotecnológicas la situación parece más complicada, pues su limitada capacidad para generar flujo de caja las hace muy dependientes de la obtención de capital con el que financiar sus proyectos de I+D. Si tras la explosión de la burbuja de las ‘puntocom’ ya hubo un primer descenso importante en el volumen de capital captado mediante salidas a bolsa o a través de capital riesgo, con la crisis actual la fuente ha acabado prácticamente por secarse. Así, resulta plausible pronosticar una nueva ola de acuerdos y absorciones de biotecnológicas por parte de las grandes del sector.
Monday, October 13, 2008
Lilly bate a Bristol-Myers Squibb
Era verdad. Aunque a algunos les parecía un farol de Carl Icahn, ha resultado ser cierto: existía una compañía dispuesta a pagar 70 dólares por cada acción de ImClone. Finalmente se ha confirmado que Merck KGaA no era el ‘caballero blanco’ de Icahn, sino Eli Lilly. Durante las últimas semanas el tira y afloja entre James Cornelius, consejero delegado de Bristol-Myers Squibb (BMS) y Carl Icahn, presidente de ImClone, ha sido corto pero intenso. Resulta interesante repasar la relación epistolar pública entre ambos.
BMS, que posee el 17 por ciento de ImClone intentó adquirir el resto de las acciones ofreciendo 60 dólares por cada una de ellas y elevando finalmente su oferta a 62 dólares por acción, dando lugar a una dura e irónica carta de rechazo de Icahn a Cornelius. No obstante, la victoria de Lilly supone para BMS una dulce derrota, ya que la venta de sus acciones le reportarán 1.000 millones de dólares, y podrá seguir vendiendo Erbitux.
Al consejo de administración de Lilly, con John Lechleiter al frente, le ha tocado tomar la decisión de llevar a cabo la operación más importante y, quizá más arriesgada, de los 132 años de historia de
Sin embargo, la operación parece oportuna tomando en consideración la situación de la compañía y el entorno del sector. A pesar de haber luchado duro, de haber invertido ingentes recursos en I+D y de haber alcanzado las fases finales de desarrollo con varios productos, en los últimos tres años Lilly no ha conseguido llevar al mercado un nuevo medicamento. Además los vencimientos de patentes previstos para los próximos cinco años (ver EG núm. 400) llevarán a Lilly a perder cerca de la mitad de su facturación actual, por lo que se ve obligada a actuar con audacia si quiere incrementar las posibilidades de encontrar alternativas que compensen esta pérdida.
Con la incorporación de Erbitux Lilly refuerza su área oncológica, en la que cuenta actualmente con Alimta y Gemzar. ImClone le proporciona además un esperanzador pipeline que incluye nuevas moléculas para el tratamiento de diversos tipos de tumores y que Lilly espera que lleguen al mercado antes del período crítico que le aguarda. Otras grandes del sector han decidido también enfocarse en oncología, donde el retorno puede ser elevado y las agencias reguladoras se suelen mostrar más tolerantes con los efectos secundarios, ante la perspectiva de poder salvar vidas.
Monday, October 6, 2008
La FDA a Lilly: ‘Vuelva usted mañana’
Para la compañía norteamericana este producto es clave, pues confía en que le ayudará a salvar el precipicio al que se aproxima vertiginosamente. Para Lilly supone un reto enorme el cubrir esta brecha. Durante los próximos cinco años vencen las patentes de tres de sus productos más importantes. En 2011 la de Zyprexa y en 2014 las de Cymbalta y Evista. En la actualidad estos tres productos aportan a la compañía alrededor de un 40 por ciento de su facturación. Lilly se encuentra en una situación muy similar a la de otras grandes farmacéuticas, y comparte con ellas el afán por encontrar cuanto antes productos alternativos.
Pero precisamente el año del estreno de Lechleiter como sustituto de Sidney Taurel no está resultando verdaderamente afortunado. El pasado mes de marzo pasado, pocos meses después de que Pfizer y Novo Nordisk arrojasen la toalla con sus insulinas inhaladas, Lilly hizo lo propio con el proyecto que desarrollaba con Alkermes. El antidiabético Byetta se enfrenta también a importantes retos. Este producto, que se aplica en inyección, tiene que convencer que es superior a Januvia (Merck & Co.), el antidiabético oral con el que compite y se compara. Además hace unas semanas la actual obsesión de la FDA por evitar eventuales acusaciones futuras hizo llegar a Lilly una misiva de advertencia por la posible (aunque muy remota) asociación de Byetta con seis casos de pancreatitis severa.
El retraso en la aprobación de Effient supone para Lilly un nuevo jarro de agua fría con el que seguramente no contaba. Así se comprende los anuncios que he podido ver en fechas recientes comunicando la próxima comercialización del producto. Uno de ellos una inserción a toda página en la edición impresa de la revista Journal of the American Medical Association y el otro un banner en la edición online de The New England Journal of Medicine.
La inmensa mayoría de analistas del sector esperan que finalmente la FDA apruebe la comercialización de Effient, aunque existen serias dudas en cuanto a las indicaciones y a las restricciones que se incluirán en la ficha del producto. Effient se ha comparado en estudios clínicos con Plavix, el segundo producto a escala mundial en términos de facturación. Aunque con Effient se presentaron menos casos de problemas cardiovasculares que con Plavix, se ha constatado una mayor incidencia de hemorragia severa. No obstante, en términos globales la mortalidad ha sido similar con ambos fármacos.
Que la FDA no haya solicitado información adicional permite ver el vaso medio lleno y refuerza la creencia de que el producto será finalmente aprobado, aunque muy probablemente con ciertas limitaciones a su uso (en los pacientes en los que el riesgo de hemorragia es mayor). Posteriormente, con la información que se obtenga del estudio de 10.000 pacientes actualmente en curso, se revisará la ficha técnica. Como Larra en su artículo, podemos concluir: 'Da gracias (Lilly) a que llegó por fin este mañana, que no es del todo malo; pero ¡ay de aquel mañana que no ha de llegar jamás!'.
Monday, September 29, 2008
Bloqueo de la FDA a Ranbaxy
La FDA ha decidido actuar de nuevo contra Ranbaxy. Ésta es la segunda vez que lo hace en menos de tres años. El regulador norteamericano ha decidido prohibir las importaciones de 31 medicamentos genéricos producidos y comercializados por la compañía farmacéutica líder en India. Estos productos se fabrican en dos plantas que se ubican en aquel país y que fueron inspeccionadas por funcionarios de la FDA a principios del presente año. Según los inspectores dichas plantas no cumplían completamente con los estándares de fabricación (GMP) exigidos por la agencia americana, dando lugar a una carta de advertencia en la que se relatan las deficiencias encontradas y que deben ser enmendadas.
La medida impuesta a Ranbaxy supone una importante limitación en el acceso al mercado norteamericano, en el cual la compañía india obtiene casi una cuarta parte de su facturación. De no resolverse de modo favorable y con rapidez, se podría malograr la venta a Daiichi Sankyo. Recordemos que el pasado mes de junio (ver EL GLOBAL, nº 389) la firma japonesa acordó adquirir a la familia Singh su paquete accionarial, que representa el 35 por ciento del capital de Ranbaxy. El acuerdo está todavía pendiente de aprobación por parte del Gobierno indio.
En su momento la noticia causó un cierto impacto en el sector derivado de las distintas culturas y orientación de negocio de las dos farmacéuticas. El hecho inédito que supone la compra de una compañía de genéricos por parte de una innovadora lo valorábamos en estas mismas páginas como un hito notable en la historia de la industria farmacéutica global. Precisamente, y siguiendo esta tendencia, Sanofi-Aventis consiguió la pasada semana cerrar un acuerdo para comprar Zentiva, el fabricante de genéricos checo.
Cabe suponer que los presuntos problemas puestos de manifiesto por la inspección norteamericana debería haberlos detectado la supuesta auditoría de Daiichi durante el proceso de due diligence, lo que sin duda hubiese obstaculizado el eventual acuerdo. Ello explicaría por qué la japonesa se ha mostrado convencida de que los últimos acontecimientos no supondrán un freno a la operación y que continuarán con el plan previsto cuya compleción prevén para marzo.
Detrás de la decisión del organismo norteamericano, en el sector farmacéutico indio algunos alcanzan a ver la mano de la industria de EEUU interesada en desanimar a los competitivos fabricantes del país asiático. Hay quien ha llegado incluso a poner este caso en relación al del acaecido a principios del presente año cuando se comunicó el fallecimiento de 80 pacientes en EEUU que habían sido tratados con heparina fabricada en China. La gravedad de este último hecho avivó el debate sobre los procedimientos de inspección en terceros países en los que cada vez se fabrican más productos farmacéuticos que se consumen en EEUU.
Por ahora se desconoce si la prohibición impuesta podría afectar a los derechos de exclusividad que posee Ranbaxy para comercializar en EEUU el genérico de Lipitor (atorvastatina) durante seis meses, tras vencer en 2011 la patente del producto de Pfizer. Para ayudar a levantar lo antes posible la prohibición impuesta por la FDA, Ranbaxy ha decidido contratar los servicios de asesoría de Rudy Giuliani, quien fue el anterior alcalde de Nueva York.
La atomización del mercado de genéricos hará que sean pocos los competidores que puedan sacar partido del traspié de Ranbaxy. Uno de ellos será Mylan, compañía que vio revalorizarse sus acciones como reacción al bloqueo de los productos de Ranbaxy. Mylan compite con esta compañía en el segmento del acné con isotretinoína, el genérico de Accutan (Roche). Mientras Ranbaxy ostenta un 50 por ciento de participación en este segmento, Mylan alcanza el 15 por ciento. La salida de Ranbaxy deja a Mylan la oportunidad de capturar una parte significativa adicional.
Monday, September 15, 2008
A la FDA le preocupa la Food and Drug Administration
Últimamente la FDA recuerda a esos insidiosos detectores de aeropuerto cuya sensibilidad es tan elevada que casi nos obligan a despojarnos de toda prenda que llevemos encima. Al igual que ellos los funcionarios del regulador norteamericano parecen estar dispuestos a no dejar pasar ni una. Ante la menor sospecha de que un fármaco, comercializado o en vías de llegar a serlo, pudiera causar algún efecto secundario a los pacientes, no dudan en lanzar su advertencia pública. Y tal como sucede en el rutinario control aeroportuario, en el que en ocasiones el quejido del dichoso aparato se nos antoja excesivo, así parece reaccionar ahora el organismo de Maryland.
En esta ocasión, los «pasajeros» a los que les ha sonado la alarma han sido los inhibidores de TNF (factor de necrosis tumoral, en inglés), medicamentos de origen biológico (anticuerpos monoclonales) que se emplean con gran éxito en el tratamiento de la artritis reumatoide, proporcionando a los pacientes un notable alivio y una sustancial mejora de su calidad de vida. Enbrel (etanercept; Amgen/Wyeth), Humira (adalimumab; Abbott), Remicade (infliximab; Johnson & Johnson/Schering Plough) y Cimzia (certolizumab pegol, UCB) son los cuatro productos que deberán añadir a su ya extensa lista de advertencias de seguridad el riesgo de histoplasmosis, una infección fúngica.
En la artritis reumatoide el sistema inmunitario del paciente ataca las articulaciones, provocando así dolor e inflamación. En consecuencia, un medicamento que actúe inhibiendo el sistema inmunitario, puede constituir un tratamiento eficaz en la artritis. Pero este modo de acción resulta un arma de doble filo, ya que ante una eventual infección nuestro sistema de defensa puede que no logre combatirla.
Ello explica que, si tomamos la ficha técnica o el prospecto de cualquiera de los cuatro productos mencionados anteriormente, podremos observar cómo bajo los epígrafes de advertencias o de efectos adversos se menciona que deberán extremarse las precauciones en caso de que el paciente padezca una infección en el momento de instaurar el tratamiento o que hiciese su aparición durante el transcurso del mismo. Hasta aquí todo parece lógico y previsible. Lo que no parece tan normal y es causa de no poca extrañeza es la exigencia de la FDA para que ahora se incluya en la ficha técnica una determinada infección. ¿Por qué esa sí y no otras?
Hace unas semanas la tarjeta amarilla se la sacaron a Byetta, el antidiabético de Eli Lilly. El reporte de seis casos de pancreatitis severa, dos de los cuales resultaron fatales, parece ser el origen de la amonestación de la FDA. La mayoría de los medios no tardaron en reaccionar asociando la pancreatitis al producto de Lilly, obviando que cerca de un millón de pacientes diabéticos lo toman y que éstos tienen un riesgo de sufrir pancreatitis mayor que el de la población general, con independencia del tratamiento que estén siguiendo. A la FDA le pareció que seis pacientes entre un millón es más que cinco (como poco) entre cien mil, que es el riesgo de la población general. Otro ejemplo de que estos «cowboys» son de gatillo ligero.
Parece como si a la FDA lo que le preocupase, más que la seguridad de los pacientes (que también), fuese su propia seguridad. Es como si quisiera curarse en salud y vacunarse contra toda crítica. Así es como pensaba el reputado economista Milton Friedman, quien en su obra ‘Libertad de elegir’, manifestaba que el procedimiento regulatorio padece de forma inherente un sesgo en contra de la aprobación de algunos fármacos valiosos, pues los efectos adversos de prohibir equivocadamente la comercialización de un medicamento útil son indetectables, mientras que las consecuencias de aprobar erróneamente el uso de un fármaco perjudicial son objeto de una amplia difusión y, en conclusión, la FDA actuará en la dirección que le reporte una menor condena pública, dejando al margen las consecuencias sanitarias. Ojo: la próxima advertencia está al caer.
Monday, September 8, 2008
Vytorin, cáncer y elecciones en Estados Unidos
A comienzos de este año Merck & Co. y Schering-Plough veían volatizarse de forma súbita 35.000 millones de capitalización bursátil, tras comunicar los resultados del estudio Enhance, que pretendía demostrar la superioridad de la combinación de simvastatina y ezetimibe (Vytorin/Inegy) frente a la simvastatina sola (Zocor, cuya patente venció hace dos años). Entonces, ambas compañías fueron acusadas de demorar de manera interesada la revelación de las negativas conclusiones del estudio.
Un nuevo capítulo tuvo lugar el pasado mes abril, con motivo de la reunión de la Sociedad Americana de Cardiología, en la que un panel de expertos comentó los resultados del Enhance e instó a los cardiólogos a limitar el uso de Zetia (ezetimibe DCI) y de Vytorin/Inegy. En aquellas mismas fechas The New England Journal of Medicine (NEJM) publicó en su web los resultados del mencionado estudio y le dedicaba dos editoriales.
El último hito de esta historia hay que situarlo en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, celebrado la pasada semana en Múnich. En este importante foro se ha comentado la posible vinculación entre el tratamiento con Vytorin y una mayor incidencia de cáncer, una información dada a conocer en julio y que tiene su origen en la conclusiones de los investigadores que han analizado los datos del estudio Seas y dos estudios clínicos más en los que se empleaba el citado fármaco. Una vez más NEJM ha vuelto a dedicarle su máxima atención a este asunto y ha publicado en Internet dos artículos y un editorial.
Con la información disponible, los especialistas se encuentran divididos. Mientras que unos creen que la mayor incidencia de cáncer en los pacientes tratados con Vytorin es una anomalía estadística y que es fruto del azar, otros no comparten su punto de vista y avanzan una posible explicación. Así, el mismo mecanismo por el cual ezetimibe bloquea la absorción del colesterol en el intestino, sirve también para impedir el paso de los fitoesteroles, unas sustancias que se encuentran en frutas y verduras y cuyo consumo elevado se ha relacionado con una menor incidencia de cáncer. De este modo Vytorin estaría supuestamente impidiendo adquirir con la dieta esta protección natural contra el desarrollo de determinados tumores.
En su prudente editorial, NEJM pone de manifiesto que los datos de los tres estudios analizados no son concluyentes y que aún es pronto para descartar la posible relación de ezetimibe con el desarrollo de procesos cancerosos. Por lo tanto, su confirmación definitiva precisa que aguardemos algunos años que permitirán acumular nuevos datos a partir de los estudios actualmente en marcha, y durante los cuales tanto clínicos como pacientes deberán convivir con esta incertidumbre.
Las críticas vertidas sobre la FDA en relación con este asunto constituyen una de las derivaciones interesantes del mismo. Los críticos argumentan que el regulador norteamericano dio en 2002 su aprobación a la comercialización de Vytorin basándose en que había demostrado reducir los niveles de colesterol, pero sin haber probado su verdadera finalidad terapéutica, esto es, una reducción del riesgo y de los eventos cardiovasculares. Ahora se pretende que la FDA tome sus decisiones basándose en resultados clínicos en lugar de hacerlo a través de indicadores indirectos.
El tema de la seguridad de Vytorin es objeto actualmente de una investigación por parte de dos comités del Congreso de los Estados Unidos, cuyos presidentes pertenecen al Partido Republicano. Ambos han dirigido recientemente un par de misivas a los consejeros delegados de las compañías implicadas requiriéndoles documentación interna sobre el producto, sus estudios y su financiación. Hay quien ve en ello presiones políticas que derivan de la actual coyuntura electoral y del gancho mediático que suscita el haber relacionado con el cáncer a un medicamento comercializado por dos farmacéuticas líderes del sector.
Monday, September 1, 2008
Roche quiere la totalidad de Genentech
Sin lugar a dudas, uno de los temas calientes de este mes de agosto ha sido el del intento de absorción de Genentech por parte de Roche. Posteriormente a la oferta de Roche, las acciones de Genentech se revalorizaron hasta doblar la prima ofrecida, sugiriendo así que el mercado apuesta por que la compañía suiza mejore sus condiciones. Por otra parte, tras analizar la oferta, un comité especial del consejo de administración de Genentech rechazó la misma por considerar que se encontraba por debajo del valor real de la compañía.
Algunos analistas estiman que la operación puede suponer ahorros a Roche de 750 a 850 millones de dólares anuales. Roche, además, controlaría el total de los beneficios que los anticancerígenos Avastin (bevacizumab DCI) y Herceptin (trastuzumab DCI) reportan actualmente a Genentech, así como su atractiva cartera de nuevos productos.
No es la primera vez que Roche controla la totalidad de Genentech. En 1999 la compañía suiza compró Genentech y a finales de ese mismo año la sacó a bolsa, obteniendo con la operación una importante prima. No parece descabellado que algo similar pueda llegar a repetirse en el futuro.
Dos de las cuestiones clave a responder cuando se analiza una operación como ésta son: qué gana la compañía que toma la decisión de llevarla a cabo y por qué escoge ese momento y no otro. Empecemos intentando justificar en primer término la última cuestión.
La actual coyuntura del tipo de cambio euro/dólar parece señalar que el valor de la moneda norteamericana puede haber tocado fondo en su evolución respecto a la europea y que en próximos periodos podemos esperar, como ya está sucediendo, una revaloración del dólar respecto al euro. De ser cierta esta observación, desde el punto de vista económico parece que el momento más idóneo para realizar la operación sería el actual.
Respecto a la cuestión planteada en primer lugar, parece existir más de una razón para justificar el interés de Roche. De un lado, resulta lógico pensar que Roche conoce al detalle la cartera actual y futura de Genentech y, por tanto, habrá evaluado su potencial de beneficios futuros. De otra parte, el acuerdo por el que Roche tiene los derechos de comercialización de cualquier producto de Genentech aprobado fuera de los EEUU expiran el año 2015. Probablemente Roche desea asegurarse ahora esos derechos y evitar una eventual pugna con algún competidor, que podría llegar a salirle muy cara.
De forma casual he coincido este verano en Norteamérica con una persona que trabaja en la industria farmacéutica de aquella región y que conoce de cerca ambas empresas. No pudimos por tanto eludir hablar de este asunto. Una reflexión importante que me hizo mi interlocutor fue que si bien la cuestión económica es uno de los aspectos que suele resultar clave para que toda operación se pueda culminar, en este caso hay un aspecto que en modo alguno puede dejarse de lado, y es el de la cultura de empresa.
Ambas empresas son muy diferentes en este sentido. Y no se trata sólo de que unos sean suizos y los otros norteamericanos, sino que incluso dentro de los EEUU, la gente de Silicon Valley, donde se encuentra Genentech, comparte unos rasgos que los diferencia del resto de sus compatriotas y que puede suponer una barrera importante en caso de pretender una integración.
No sabemos si ésa es una de las metas que persigue Roche. Al parecer, parte de la gente de Genentech es lo que se teme y están respondiendo a llamadas de cazatalentos o enviando su currículum vítae en busca de mejores perspectivas profesionales. De hecho, Genentech ya ha anunciado que va a poner en marcha un programa para retener a sus empleados en el que invertirá 371 millones de dólares. Hay compañías en las que en su absorción los empleados cuentan muy poco y que lo que se valora son los activos materiales o los derechos de propiedad intelectual. No cabe duda que en el caso de Genentech el personal es un activo que Roche debe intentar preservar.
Monday, July 14, 2008
El prometedor futuro de Teva
Según algunos analistas, los próximos vencimientos de patentes y los apoyos gubernamentales impulsarán el crecimiento del mercado de genéricos desde los 75.000 millones de dólares actuales a los 125.000 millones en 2012. Si hay alguna compañía en el mundo que esté preparada y capacitada para capitalizar ese gran salto, esa la israelí Teva, la líder del sector, con 9.400 millones de dólares de facturación en el último año y con 331 productos en el mercado, un 65 por ciento más que Sandoz (la subsidiaria de Novartis), que es la que le sigue en el escalafón.
La pasada semana las acciones de Teva sufrieron un significativo retroceso tanto en Nueva York como en Tel Aviv. El motivo no fue otro que el anuncio de que el ensayo con Copaxone (acetato de glatiramero DCI), su exitoso producto para el tratamiento de la esclerosis múltiple, había resultado fallido. A través de este ensayo, denominado Forte, Teva trataba de comprobar si una dosis de 40 miligramos del producto era más efectiva en prevenir las recaídas que la habitual dosis de 20 miligramos. Una dosis efectiva de 40 miligramos habría permitido a Teva prolongar durante tres años la validez de la patente en Estados Unidos.
No cabe duda de que este resultado adverso puede permitir la llegada más temprana de competidores, minorando los ingresos futuros de Teva. No obstante, un análisis más detallado de la situación permite matizar y calibrar mejor la importancia del comentado fracaso. En primer lugar, en estos momentos la patente del producto goza aún de un horizonte de seis años hasta su vencimiento. Además, llegado éste, dada la naturaleza de la sustancia y su inusual complejidad tecnológica de obtención, los competidores no lo tienen nada fácil para el desarrollo de versiones genéricas.
Estos factores, por sí mismos, ya apuntan a que por parte de los inversores ha podido haber una sobrerreacción al citado anuncio reciente de Teva. Pero por si aún pueden quedar dudas sobre la relativa importancia de esta noticia, otros datos nos pueden ayudar a disiparlas. Aún siendo la compañía líder en genéricos, Teva sigue un modelo de negocio mixto en el que incluye productos de marca, como el mencionado Copaxone. Ello le permite obtener un margen operativo muy superior al de sus competidores. En este sentido, Teva trabaja actualmente en nuevos fármacos para el tratamiento de la esclerosis múltiple.
La compañía anunció recientemente los buenos resultados obtenidos en un ensayo de fase 2 con un nuevo fármaco antisentido de segunda generación denominado por ahora ATL/TV1102. Asimismo comercializa conjuntamente con Lundbeck Azilect (rasagilina DCI), un fármaco que hasta ahora se emplea para el tratamiento de los síntomas del Parkinson, pero que recientemente ha demostrado que puede también retrasar el progreso de la enfermedad, siendo hasta ahora el único medicamento que ha conseguido este importante logro, de muchísima mayor trascendencia que el resultado del estudio Forte.
Pero Teva no sólo demuestra tener unas interesantes perspectivas en el ámbito de los productos de marca, sino también en el de genéricos, en el que posee 49 nuevos productos que esperan su aprobación y para los que ha sido la primera compañía en solicitar ésta en Estados Unidos, lo que le garantiza seis meses de exclusividad en el mercado. Además, en el área de los biosimilares, el Comité Europeo para Medicamentos de Uso Humano (CHMP, en sus siglas en inglés) ha recomendado recientemente conceder la autorización de comercialización a Tevagrastim, versión genérica de Neupogen (filgrastim) de Amgen.
Por último, la pasada semana comentábamos en estas páginas que ambos candidatos a la presidencia de los EE.UU. son partidarios de aprobar medidas que promuevan la comercialización y utilización de genéricos. Asimismo es muy probable que durante la próxima legislatura norteamericana se llegue a poner en marcha definitivamente el procedimiento que deberá seguir la FDA para aprobar la comercialización de biosimilares. Ambas circunstancias resultan también muy positivas para el futuro de la farmacéutica israelí. En definitiva, si hay alguna compañía en este sector con un futuro prometedor y que ofrece una clara oportunidad de inversión en sus títulos, esa compañía es Teva.
Monday, July 7, 2008
Las presidenciales de EEUU y la industria farmacéutica
Tiempo atrás la industria farmacéutica era valor seguro para el inversor, quien sabía que podía esperar retornos estables para sus inversiones y una evolución de las cotizaciones sin demasiados sobresaltos. Por este motivo, en tiempos de crisis este sector solía ser uno de los refugios a tener en cuenta. Lamentablemente la cruda realidad nos muestra que para muchos esto ha dejado de ser así y las acciones de importantes compañías andan bastante deprimidas.
En diversas ocasiones hemos citado como una de las causas de esta situación el precipicio de las patentes (patent cliff), por el que especialmente entre 2010 y 2013, expirará la protección de productos que actualmente son superventas y que son una fuente de beneficios importante para las compañías que los comercializan. También hemos mencionado la baja productividad de la I+D, los cada vez más elevados costes de desarrollo y el mayor acento en la seguridad puesto por las agencias reguladoras, lo que dificultad aún más las aprobaciones de nuevos productos.
No obstante, en el caso del mercado norteamericano, las incertidumbres políticas es otro factor que puede estar condicionando también la situación actual de las cotizaciones. En particular este año, en el que la carrera hacia la Casa Blanca reviste un interés inusitado para la industria farmacéutica. Ya que, sea quien sea el futuro presidente de los Estados Unidos, deberá sopesar importantes decisiones que podrían afectar de manera significativa a su sector farmacéutico.
Cuando apenas faltan cuatro meses para las elecciones presidenciales, las últimas encuestan arrojan una ventaja de cuatro puntos para Barack Obama, el candidato demócrata. Mientras que un 47 por ciento de los encuestados votarían por el senador de Illinois, un 44 por ciento se decantarían por John McCain, candidato republicano. De todos modos, gane quien gane parece altamente improbable que Obama o McCain puedan mejorar con sus decisiones la situación adversa descrita con anterioridad de un modo que resulte determinante para las farmacéuticas.
Si bien tradicionalmente los republicanos se han mostrado más favorables a la industria farmacéutica, ninguno de los dos candidatos es visto con buenos ojos por el sector. Así, las donaciones de la industria a los dos partidos contendientes se reparten al 50 por ciento, a diferencia de lo ocurrido en anteriores comicios, en los que los republicanos han recibido dos tercios de las contribuciones (según el Center for Responsive Politics, www.opensecrets.org).
Este posicionamiento adquiere mayor sentido aún si se prevé que el próximo inquilino de la Casa Blanca sea demócrata. Hay quien opina que las cotizaciones actuales ya descuentan este posible desenlace y que tal vez sea una buena inversión comprar ahora títulos si anticipamos que se volverá a repetir lo que ya aconteció con Bill Clinton, quien mientras que durante su campaña de 1992 arremetió contra la industria, durante su mandato apenas si hizo cambios.
El senador McCain ha defendido públicamente que los ciudadanos norteamericanos puedan importar medicamentos de Canadá, si ello ha de repercutir favorablemente en sus bolsillos. Obama apoya la cobertura sanitaria universal y la libertad de elección de los asegurados, los mismos principios que ya contenía el primer plan de salud elaborado por Hillary Clinton cuando gobernaba su esposo. Ambos candidatos son partidarios además de introducir medidas para promover la introducción y la utilización de genéricos y una regulación gubernamental de precios, permitiendo que Medicare negocie éstos directamente con las compañías farmacéuticas. Algunas estimaciones apuntan a que esta última medida podría costar al sector unos 30.000 millones de dólares.
Considerando que el entorno político, social y económico norteamericano parece demandar cada vez más una transición de un modelo eminentemente liberal hacia un modelo mucho más socialdemócrata, en clara deriva hacia el modelo canadiense o europeo, algunos expertos recomiendan al sector adoptar una actitud más pragmática y proactiva que ayude a dar repuesta a los asuntos que más preocupan y que configuran los ejes principales del debate y de los programas electorales. De otra forma, el retroceso competitivo de la industria podría llegar a ser considerable.
Monday, June 30, 2008
Asia: el nuevo centro de la I+D farmacéutica
El reciente acuerdo entre Daiichi Sankyo y Ranbaxy constituye el último capítulo que se añade a una historia que aún continúa. Se trata del creciente papel de Asia en el mercado farmacéutico mundial y, en particular, del movimiento de traslación de su centro de gravedad desde Europa y EE.UU. principalmente hacia India, China y Singapur. Son diversos los factores que contribuyen a hacer realidad esta tendencia.
India y China son ya los principales proveedores de ingredientes farmacéuticos. Un reflejo de la importancia que están adquiriendo estos países es su presencia cada vez más destacada en los eventos internacionales. Por ejemplo, el pasado mes de octubre tuvo lugar en Milán la última edición mundial del CPhI (la feria de ingredientes farmacéuticos más importante del planeta), en la que una tercera parte de los más de 22.000 asistentes y los más de 1.900 expositores procedían de India.
La pérdida de productividad de la I+D, el incremento de los costes de desarrollo y el elevado número de productos cuya patente ha vencido o está próxima a vencer empujan a las compañías farmacéuticas a externalizar parte de sus operaciones hacia el continente asiático. Las multinacionales que inicialmente buscaban deslocalizar parte de su producción hacia aquella región, sobre todo con el fin de optimizar costes, llevan a cabo ahora procesos de externalización de la I+D y de los ensayos clínicos. En general, se acepta que el coste de la I+D en India es una sexta parte del coste en Europa o EE.UU.
Esta tendencia se ve favorecida principalmente en razón a que los países receptores de las inversiones ofrecen una vasta población de pacientes, unos costes laborales más asequibles y un personal que cuenta con una elevada formación, a la que cabe sumar la influencia que vienen ejerciendo las compañías occidentales a través de los distintos acuerdos de colaboración establecidos. Además, aunque uno de los asuntos que todavía suscita una cierta preocupación a las compañías al hablar de Asia es el de la propiedad intelectual, se puede constatar que en períodos recientes el entorno legal se ha vuelto más favorable a sus intereses.
Tras su entrada en la Organización Mundial del Comercio, la confianza en China es ahora mayor. Por su parte India aceptó cumplir a partir de 2005 el Acuerdo de Propiedad Intelectual sobre el Comercio (TRIPs en inglés). Ello ha permitido impulsar la realización de estudios de fase II y III que ha dinamizado el sector hasta el punto que algunos expertos pronostican que en India la inversión en ensayos clínicos habrá pasado de los 150 millones de dólares actuales a los 1.000 millones de 2010. Así, grandes CRO, como la norteamericana Quintiles, se han establecido en India para sacar partido de este favorable entorno.
Tradicionalmente China e India se han asociado con la fabricación de copias de fármacos protegidos por patentes. No obstante cabe señalar que su industria nacional está apostando cada vez más por la innovación. Un estudio reciente destaca que desde 1995 el número de registros de patentes que nombran un inventor o más ubicado en China o India se ha multiplicado por cuatro.
En estos países el sector de la biotecnología se está desarrollando ahora con gran celeridad. El gobierno indio se ha propuesto dar un fuerte impulso a esta industria, promoviendo y aplicando políticas adecuadas y creando parques biotecnológicos que faciliten la I+D también en esta importante área. Se estimula así el crecimiento del mercado de los biosimilares, por el que están apostando las compañías que tradicionalmente se han dedicado a los genéricos.
A corto y medio plazo no parece que se vayan a modificar las condiciones que están favoreciendo el proceso de concentración de la I+D farmacéutica en China, India y, en menor medida, en otros países asiáticos. Antes al contrario, empujadas por un entorno hostil, y motivadas por la necesidad de ser más eficientes, más y más compañías foráneas van a establecer nuevas operaciones en la región, que está así destinada así a liderar la industria a nivel mundial.
Monday, June 23, 2008
El acuerdo Daiichi-Ranbaxy abre una nueva era
Daiichi Sankyo, tercera farmacéutica japonesa, ha acordado recientemente comprar a la familia Singh, principal propietaria de Ranbaxy, su casi 35 por ciento de participación en la empresa india de genéricos. Todavía sin conocer cuál será el desenlace tras este anuncio, ya podemos afirmar que con él se inaugura un nuevo capítulo en la historia de la industria farmacéutica global. De hecho, sería la primera vez que una farmacéutica innovadora, centrada exclusivamente en la investigación, adquiere una compañía de genéricos. Se trataría, además, de la mayor compra de una empresa cotizada india.
Hasta ahora hemos sido testigos del proceso de consolidación gradual que se ha estado produciendo en el mercado de genéricos, motivado por la necesidad de alcanzar economías de escala. Éstas sólo pueden obtenerse consiguiendo grandes volúmenes de fabricación, que son los que permiten compensar la reducción de márgenes que conlleva la feroz competencia en precios. Además, se puede constatar una tendencia de la industria hacia la externalización de la I+D y de la fabricación hacia mercados emergentes donde los costes son menores, como ocurre en la India. En cierto modo, la oferta de Daiichi va en esta línea y puede marcar un punto de inflexión en la concentración de empresas de genéricos, inaugurando el baile con las compañías innovadoras.
Hasta ahora, entre las 25 primera compañías del sector, sólo hemos conocido una en la que en su estrategia figuraban tanto los productos protegidos por patente como los genéricos: la suiza Novartis, cuya filial Sandoz ocupa la segunda posición en el escalafón mundial de empresas de genéricos. Daiichi Sankyo sería la segunda empresa innovadora que opta por una estrategia dual.
¿Qué gana Daiichi con el acuerdo? Mientras en 2007 su crecimiento quedó por debajo del 5 por ciento y el mercado mundial apenas sobrepasó el 6 por ciento, el de genéricos alcanzó los dos dígitos, llegando a superar el 11 por ciento. Puesto que se prevé que este diferencial de crecimiento se mantenga en los próximos periodos, el acuerdo va a permitir a la compañía japonesa incrementar su ritmo de crecimiento actual.
Pero además le va a aportar experiencia en la comercialización de genéricos, situándose como líder en su país de origen, en donde si bien este tipo de productos apenas representa todavía un 5 por ciento del mercado farmacéutico, el Gobierno ha manifestado su compromiso para promover su uso, lo que aún hace más interesante la operación. Adicionalmente con Ranbaxy la presencia geográfica de Daiichi casi se multiplica por tres, pasando de 21 a 60 países. La compañía india cuenta actualmente en EEUU con docena y media de aprobaciones para comercializar sendos productos en exclusiva durante seis meses.
Pero, ¿y Ranbaxy? ¿Qué ventajas obtiene? Para algunos analistas no había mejor momento que el actual para aceptar este acuerdo, ya que la compañía ha llegado a una situación en la que siente que la competencia está apretando cada vez más fuerte, en la que debe soportar además importantes gastos por litigios en curso (por ejemplo con Pfizer, por el intento de comercializar atorvastatina) y al mismo tiempo viendo que sus esfuerzos en I+D no le están dando los frutos esperados. Si a todo ello sumamos además la generosa prima (31 por ciento) que ofrece Daiichi, se hace muy difícil dar una negativa por respuesta.
Poco después de conocerse la oferta de Daiichi, corrió el rumor de que Pfizer lanzaría una oferta de adquisición por la acciones de Ranbaxy en manos de instituciones y accionistas minoritarios para hacerse con el control de la compañía. Aunque no fueron más que especulaciones, ya que lo que realmente estaba negociando la americana era un acuerdo para retrasar el lanzamiento de la atorvastatina de Ranbaxy en Estados Unidos durante cinco meses. Con esto, la norteamericana mejora la situación competitiva de su principal fuente de ingresos, Lipitor, al que no le quedan más de dos años para sufrir la competencia de genéricos.
Monday, June 16, 2008
La debilidad del dólar y la estrategia de Ipsen
Un dólar débil, que durante el último lustro ha perdido una cuarta parte de su valor frente al euro y una décima parte frente al yen, permite a las compañías europeas y japonesas adquirir valiosos activos en el mercado norteamericano, tales como pequeñas compañías de biotecnología, que a los tipos de cambio actuales pueden parecer una bagatela.
El recorte de precios gubernamental, la falta de nuevos productos y los empobrecidos pipelines, empujan particularmente a las compañías japonesas a buscar en las adquisiciones de empresas norteamericanas un refuerzo de su situación competitiva.
Según el servicio de información mundial sobre fusiones y adquisiciones Mergerstat, de las diez principales adquisiciones que han tenido lugar en el sector en el último año, la mitad han sido compañías norteamericanas compradas por asiáticas o europeas, que han supuesto un monto de 35.000 millones de dólares (el 73 por ciento de las diez operaciones). Recordemos que la más importante de éstas fue la compra de Medimmune por AstraZéneca.
A finales de 2007 la japonesa Eisai anunció la compra de la biotecnológica norteamericana MGI Pharma por 3.900 millones de dólares. Hace algunas semanas conocíamos que Takeda, la primera farmacéutica de Japón, adquiría Millennium Pharmaceuticals, una compañía de Cambridge (Massachussets), por 8.800 millones de dólares. Sin duda, estas operaciones vienen justificadas en buena medida por dos factores: uno de ellos coyuntural, como es la debilidad que sufre la moneda norteamericana; y otro estratégico, que define un interés por ampliar el horizonte geográfico hacia el que aún hoy es el mercado farmacéutico más importante del mundo.
Son las mismas razones que han llevado ahora a la francesa Ipsen a realizar sus tres últimos movimientos. Ipsen, cuya propiedad la ostenta mayoritariamente la familia Beaufour, tiene un valor de mercado de unos 5.000 millones de dólares y, sin ser una de las grandes del sector, ha encontrado en un dólar asequible una oportunidad para desarrollar su presencia en los EEUU. Recientemente ha anunciado una serie de acuerdos que le van a permitir ser un competidor de pleno derecho en el mercado norteamericano.
Ipsen tiene su enfoque estratégico en endocrinología, trastornos neuromusculares y oncología, y sus últimos movimientos responden al deseo de la compañía de globalizar su presencia en estos nichos de mercado. En endocrinología, acaba de adquirir la californiana Tercica, de la que ya poseía una cuarta parte de las acciones. De este modo, integra así en su plataforma de endocrinología Increlex (mecasermina) y Somatulina Depot (lanreotida, para acromegalia), y consigue además una estructura de registros y comercialización que le hubiera llevado tiempo establecer.
Otro acuerdo le ha permitido adquirir la filial norteamericana de la británica Vernalis y los derechos de comercialización de Apokyn (apomorfina, para el párkinson) en aquel mercado. Además, compra a la biofarmacéutica Octagen todos los activos relacionados con OBI-1 (factor VIII recombinante), un fármaco biotecnológico en desarrollo para el tratamiento de la hemofilia. Con estos tres acuerdos, Ipsen espera superar en EEUU los 300 millones de facturación en 2012.
Por otro lado, hace un par de años, en un encuentro del sector farmacéutico organizado por el profesor Pedro Nueno en el IESE de Barcelona, tuve la oportunidad de escuchar a Jean-Luc Bélingard, presidente y consejero delegado del Grupo Ipsen, que defendió la colaboración estrecha de la industria con los gobiernos, aportando ideas y propuestas para el desarrollo de una política industrial favorable y el estímulo a la investigación. Y puso como ejemplo el caso francés, donde en 2004 se creó un grupo de trabajo presidido por el primer ministro y formado por representantes de cuatro ministerios (Economía, Sanidad, Investigación e Industria) junto con los consejeros delegados de seis farmacéuticas. Deberíamos tomar ejemplo de esta constructiva y noble iniciativa.
Monday, June 9, 2008
Medicina personalizada en el tratamiento del cáncer
La curación del cáncer (o de los cánceres, como el lector prefiera) sigue siendo uno de los mayores desafíos sanitarios. De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año fallecen en el mundo por esta causa cerca de ocho millones de personas. Y aunque parece que su incidencia se ha estabilizado e incluso empieza a retroceder, la guerra aún no ha terminado.
Según la consultora IMS Health, el mercado de productos para el cáncer doblará su tamaño para el año 2012. Con un crecimiento promedio anual que prevé situarse entre un 12 y un 15 por ciento (muy por encima del crecimiento del mercado farmacéutico), el valor del mercado pasará de los 48.000 millones de dólares del presente año a los 80.000 millones del 2012, llegando de este modo a superar a las estatinas, que es el segmento que lidera actualmente el escalafón mundial.
Compañías que ahora juegan un papel protagonista en este mercado (GlaxoSmithKline, Pfizer, Wyeth) hace algunos años apenas tenían presencia en el mismo. La progresiva pérdida de patente de numerosos productos y los avances científicos en el campo de la oncología han atraído el interés de numerosas compañías farmacéuticas. Así la terapia oncológica está sufriendo una notable transformación, con la introducción de fármacos dirigidos a dianas específicas, generalmente mejor tolerados, menos tóxicos que los quimioterápicos tradicionales y que ofrecen un mejor resultado clínico.
La pasada semana se ha celebrado en Chicago la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO). A esta importante cita, en la que se han presentado los últimos avances en el conocimiento y tratamiento de los diversos tipos de tumores, han acudido más de 30.000 oncólogos, científicos e inversores de todo el mundo. De los aproximadamente 5.000 estudios presentados este año uno de los temas que más destaca es el creciente uso de pruebas genéticas para personalizar los tratamientos.
Buena parte de los estudios presentados este año en ASCO tratan de determinar cómo incrementar la eficiencia de las terapias dirigidas. Debido al elevado coste que tiene este tipo de fármacos, el conseguir tratamientos más eficientes puede representar un importante ahorro a los servicios sanitarios. Es indudable que el desarrollo de pruebas genéticas que ayuden a precisar qué fármaco emplear en un determinado paciente supone un notable avance, aunque pueda resultar menos lucrativo para las compañías farmacéuticas.
En este sentido, productos líderes como Herceptin (Genentech) y Tykerb (GlaxoSmithKline) se emplean tan solo en una cuarta parte de los cánceres de mama, en aquellos que producen una proteína llamada HER-2. Ahora se ha presentado en Chicago un estudio por el cual se ha determinado que sólo aquellos pacientes con cáncer de colon que presentan la versión normal de un gen llamado KRAS son susceptibles de ser tratados con Erbitux (cetuximab, un producto de ImClone System y comercializado conjuntamente con Bristol-Myers Squibb y Merck KGaA). Algo similar a lo que le ocurrió a Vectibix de Amgen.
Un cribado de los pacientes con el fin de determinar la mejor opción terapéutica ofrecerá mejores resultados y un importante ahorro, pero hará que muchos de los productos que actualmente se encuentran en investigación clínica no lleguen jamás a ser blockbusters. Todo lo más serán nichebusters, por el menor potencial de mercado. No obstante, este enfoque está también ayudando a recuperar productos que se habían dejado de lado.
Es el caso de Iressa, un producto de AstraZeneca, aprobado por la FDA en 2003 para el cáncer de pulmón y cuya comercialización se detuvo dos años después al no haber podido demostrar un incremento de la supervivencia. Investigaciones posteriores, cuyos resultados se acaban de presentar, han podido determinar que este fármaco es capaz de retrasar significativamente la extensión del cáncer de mama en determinado tipo de pacientes. Asimismo se ha identificado el subgrupo de pacientes de cáncer de pulmón que podría beneficiarse de Iressa.
Vemos pues como el creciente uso de biomarcadores favorece una mayor precisión terapéutica en el campo de la oncología y contribuye al desarrollo de la medicina personalizada, que tanto beneficia a pacientes, como a clínicos y a proveedores sanitarios.
Monday, May 19, 2008
La reorganización de BMS aviva las especulaciones
En estos tiempos que nos ha tocado vivir, en los que la única certeza futura es la incertidumbre y en los que lo único que cuenta es la confianza en quienes toman las decisiones, es donde los analistas hallan su razón de ser. Ellos son ahora los protagonistas, los que manejan nuestras expectativas a diario con sus continuas especulaciones. Los del sector farmacéutico son especialmente hábiles y logran casi a diario mantener nuestra atención en vilo, moviendo el foco de la actualidad de un punto a otro. En esta ocasión le ha tocado el turno a Bristol-Myers Squibb (BMS).
Esta compañía norteamericana ha anunciado recientemente el acuerdo por el que vende Convatec, su negocio de productos para el cuidado de heridas y productos de ostomía. Dos compañías de capital privado, una americana y otra europea, han aceptado pagar por esta unidad 4.100 millones de dólares. Este movimiento se enmarca en una sucesión de operaciones que son las que han motivado las especulaciones de los analistas.
Ya el pasado mes de enero BMS se desprendió de su unidad de imagen médica. Y la pasada semana comunicó que planea sacar a bolsa una parte (entre un 10 y un 20 por ciento) de Mead Johnson, su unidad de nutrición infantil. Al parecer, mediante este plan de venta de activos de menor rentabilidad la compañía neoyorquina pretende obtener efectivo para invertirlo en adquisiciones que le permitan reforzar el negocio biofarmacéutico y que le aporten un mayor retorno.
El bautizado como ‘precipicio de las patentes’ (patent cliff) está ya a la vuelta de la esquina y son una excepción las compañías de las llamadas innovadoras que se encuentran a salvo de sus efectos. BMS, que actualmente es una de las grandes farmacéuticas más prósperas, es de las que previsiblemente no se librará de sufrir las consecuencias, debido sobre todo a su anticoagulante Plavix (clopidogrel DCI), el segundo producto más vendido a nivel mundial. Por ello necesita que al menos los últimos productos introducidos y los próximos a comercializar le aporten ingresos crecientes con rapidez.
En la actualidad, los resultados del primer trimestre arrojan unas cifras espectaculares. Los ingresos que proceden de las operaciones ordinarias han crecido un 20 por ciento. La venta anual móvil de Plavix crece un 39 por ciento, fruto de la recuperación de los ingresos tras la lucha con la canadiense Apotex, que no pudo mantener en el mercado una versión genérica del anticoagulante. Ahora la amenaza del genérico llega también a Europa, de la mano de un laboratorio suizo (Schweizerhall). En el futuro inmediato BMS confía en las buenas perspectivas de Sprycel e Ixempra, dos anticancerígenos que parecen muy prometedores, y a mitad de año espera poder solicitar a la FDA el registro del antidiabético saxagliptina, un competidor de Januvia, de Merck & Co.
Los 5.000 o 6.000 millones de dólares que BMS puede llegar a reunir con la venta de activos los puede emplear en la financiación de la compra de pequeñas farmacéuticas que le ayuden a revitalizar y a diversificar su pipeline actual. En su proceso de reorganización el pasado diciembre comunicó que recortaría 4.300 empleos, el 10 por ciento de su plantilla, esperando alcanzar en 2010 ahorros por valor de unos 1.500 millones de dólares anuales.
Por otra parte, es indudable que la mejora esperada de la rentabilidad y el efectivo procedente de sus desinversiones hacen a la compañía más atractiva para una eventual adquisición. En anteriores ocasiones ya hemos especulado sobre el sentido de una posible fusión con Sanofi o sobre la posibilidad de una OPA por parte de Pfizer, GlaxoSmithKline, AstraZeneca o Novartis. No obstante, James Cornelius, su presidente y consejero delegado, tiene una gran confianza en el futuro de la compañía y, como prueba de ello, acaba de invertir la módica cantidad de 2,3 millones de dólares en adquirir un paquete de 100.000 títulos de BMS. En la misma línea, Fred Hassan, su homólogo en Schering-Plough, también invirtió no hace mucho un par de millones de dólares en comprar 110.000 acciones de su compañía. Eso sí que es comprometerse y lo demás son zarandajas.
Monday, May 5, 2008
Relevo en la dirección de GlaxoSmithKline
Tal como se preveía, Jean-Pierre Garnier, actual consejero delegado de GlaxoSmithKline (GSK), abandonará la compañía este mes de mayo. Le sustituirá en el cargo Andrew Witty (43 años), hasta ahora máximo responsable de las operaciones en Europa, quien se ganó el puesto en una pugna interna con otros dos experimentados ejecutivos. Witty necesitará más que nunca demostrar que hace honor al significado de su apellido (ingenioso) para superar con éxito los difíciles tiempos por los que pasa la primera farmacéutica del Reino Unido y la segunda a nivel mundial.
Precisamente, hace unos días GSK presentó sus cifras correspondientes al primer trimestre del año y, aunque se han superado las expectativas de la mayor parte de analistas del sector, la mejoría mostrada respecto al anterior ejercicio es ciertamente exigua, a pesar de haberse visto favorecida por la variación de los tipos de cambio. La positiva evolución que experimentan los negocios de productos OTC y de vacunas ha contribuido a compensar el peor desarrollo del segmento de medicamentos de prescripción.
Sus resultados y previsiones para el presente ejercicio vienen condicionados por la creciente competencia a la que se ven sometidos importantes productos de su cartera, como Coreg o Imigran, por parte de versiones genéricas, así como por las informaciones publicadas acerca de la seguridad del antidiabético Avandia, su segundo producto más importante en facturación, cuyo consumo se asoció el pasado año a un incremento significativo del riesgo cardiovascular.
Aunque en el primer trimestre las ventas de Avandia retrocedieron un 56 por ciento, durante las últimas semanas las prescripciones parecen haberse estabilizado. Por el momento, resulta aventurado predecir una eventual recuperación. Por otra parte, en 2010 deberá hacer frente a la pérdida de patente de Advair/Seretide, su principal producto en facturación.
Desde que en 2001 se creó GSK la compañía ha perdido más del 40 por ciento de su valor por la erosión causada por los genéricos y por la falta de nuevos blockbusters. Por todo ello, la compañía ha puesto en marcha un plan de reestructuración que tiene por objeto reducir los costes operacionales, con la previsión de recortar al menos 5.000 puestos de su fuerza laboral, de cerrar parte de sus operaciones y de externalizar la producción de algunos de sus productos.
Garnier ha sido el artífice del nuevo enfoque de la I+D en la compañía, con la creación de centros de excelencia para el descubrimiento de nuevos fármacos, especializados por patologías. Gracias a ello, GSK sigue teniendo uno de los pipelines más importantes del sector, con 157 proyectos en desarrollo clínico y 34 productos en la etapa final de la fase III de ensayos clínicos o en espera de aprobación. De la introducción exitosa de buena parte de estos productos en el mercado depende el futuro de GSK, y he aquí uno de los principales retos a los que deberá enfrentarse el nuevo consejero delegado.
En sus objetivos de desarrollo, GSK no descarta tampoco reforzar su cartera con adquisiciones y en fechas recientes se ha hecho por 720 millones de dólares con una biotecnológica norteamericana, Sirtris Pharmaceuticals, que ha descubierto una clase de enzimas que se cree que juegan un importante papel en el proceso de envejecimiento.
Por otro lado, merece la pena destacar la interesante reflexión de Garnier en la última edición del Harvard Business Review, en la que en un alarde de autocrítica rompe una lanza en defensa de la I+D en la industria animando a reducir la burocracia y a devolver el poder a los mejores científicos.
Asimismo, apela a abandonar el modelo tradicional de blockbuster instantáneo, en el que un producto se aprueba para ser empleado en un gran número de pacientes, poniéndose de manifiesto una serie de efectos adversos, y en su lugar propone el lanzamiento de blockbusters progresivos, en los que se daría una aprobación gradual de fármacos ensayados con éxito en pequeños grupos de pacientes que presentan perfiles genéticos similares.
Monday, April 14, 2008
Schering-Plough y las dudas abiertas con el estudio Enhance
La última reunión de la Sociedad Americana de Cardiología (SAC), celebrada hace dos semanas en Chicago, fue un jarro de agua fría para Merck & Co. y Schering-Plough. Contra pronóstico, no hubo debate científico ni preguntas de la audiencia, sino un duro comunicado por parte del portavoz del panel de expertos convocado para comentar los resultados del estudio Enhance (ver EL GLOBAL nº 371). A través del mismo se instó a los cardiólogos a poner freno al uso de Zetia y de Vytorin y a priorizar el uso de estatinas por haber demostrado que éstas previenen infartos y que salvan vidas.
Coincidiendo con la reunión mencionada, The New England Journal of Medicine (NEJM) publicó en su web los resultados del estudio Enhance y le dedicó dos editoriales, en los que recomendaba a los médicos prescribir Zetia y Vytorin una vez se hubiese agotado el resto de opciones terapéuticas disponibles. Tres días después de la mencionada reunión Schering-Plough anunció un plan por el que llevará a cabo una reducción de más de 5.000 puestos, el 10 por ciento de su plantilla y que recortará sus gastos anuales en 1.000 millones de dólares. Este montante se suma a los 500 millones de dólares de ahorros que se esperan como consecuencia de la integración de Organon BioSciences, adquirida a Akzo Nobel el pasado año.
De este modo, el consejero delegado de Schering-Plough, Fred Hassan, ha visto, cual Sísifo, cómo en poco más de tres días deshacía buena parte del camino recorrido en su lustro de mandato, al ver comprometido el futuro del producto más importante de la cartera y volatilizarse en consecuencia miles de millones de dólares de capitalización bursátil.
Sin embargo, debemos reconocer que la situación de Schering-Plough es hoy muy distinta a la que encontró Hassan cuando llegó. Entonces había perdido la patente de Clarityne y, con la competencia de los genéricos, sus beneficios mermaban año tras año. Hassan redujo gastos, reenfocó los esfuerzos de comercialización y diversificó el pipeline.
Hoy la compañía tiene uno de los mejores pipelines de la industria, con varios productos que podrían comercializarse en los próximos tres años. Asimismo, su cartera es una de las menos afectadas por vencimientos de patentes. La combinación de estos factores hace que, salvo imprevistos, algún analista llegue a pronosticar hasta 2012 crecimientos anuales del 15 por ciento.
Tales perspectivas y una acción coyunturalmente barata, podrían llevar a preguntarnos por las posibilidades reales de que a corto plazo pueda ser adquirida por un competidor. Pese a todo, éstas parecen mínimas. Para The Wall Street Journal la joint-venture con Merck y el vigente acuerdo de distribución con Centocor, una filial de Johnson & Johnson, podrían complicar la operación. Tampoco se vislumbra como probable una nueva adquisición por parte de Schering-Plough, precisamente por la baja cotización de la acción y por su endeudamiento para afrontar la compra de Organon.
Así pues, la pregunta clave en estos momentos la plantea Forbes: "¿Hasta dónde puede llegar a caer Vytorin?" Y añadimos: ¿seguirán médicos y aseguradoras la recomendación del panel de cardiólogos y del NEJM? ¿Cuántos de los tratamientos ya iniciados se revisarán? Aunque hay opiniones de lo más variopinto, parece que se impone la creencia de que el daño será importante, aunque menor de lo que inicialmente podría suponerse. En primer lugar, no se da en este caso un problema de seguridad. Además, a muchos médicos y pacientes no les gustan las molestias musculares que pueden producir altas dosis de estatinas. O los sofocos o estreñimiento que pueden provocar otras opciones terapéuticas.
Muchos han criticado que tras la declaración de Chicago no hubiese la lógica y esperada discusión científica y creen que por parte de los panelistas y del NEJM hubo un exceso de reacción. No obstante, a Merck y Schering-Plough no les ha ayudado precisamente el retraso en comunicar las conclusiones del Enhance. Habrá que esperar un tiempo para saber quién tiene la razón. Actualmente hay otros tres estudios en marcha. Los resultados del más importante de ellos (Improve-It) se esperan en 2012.
Tuesday, April 1, 2008
Shire: un bocado apetecible
Arrecian los rumores de compra de Shire, la tercera farmacéutica del Reino Unido, aquella a la que Almirall compró el pasado mes de octubre ocho marcas por 151 millones de euros. No es la primera vez que la compañía británica es objeto de este tipo de especulaciones. A mediados de mes sonaba muy fuerte la posibilidad de que Pfizer hiciera en breve una oferta de compra por la compañía británica. La acción de Pfizer en Wall Street se ha depreciado en el último año más de un 18 por ciento. De cotizar cerca de los 30 dólares por acción se acerca ahora a la cota de los 20 dólares, reflejo se su cada vez más preocupante situación competitiva. No basta con contentar a los accionistas por la vía del dividendo. Actualmente nadie, de dentro o de fuera de la compañía, pone en duda la necesidad de asegurar el crecimiento futuro por la vía de las adquisiciones. Ello explica en buena parte por qué su nombre surge con frecuencia al hablar de operaciones de compra.
Shire no ofrece una nueva y atractiva tecnología o un pipeline prometedor. Lo que ofrece Shire es facturación y crecimiento, ahora y por largo tiempo. Shire es una compañía que selecciona nichos de mercado muy específicos, como el del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o el síndrome de Hunter, en los que se focaliza y aspira a ser líder. Aunque sus más de 11.000 millones de dólares de capitalización bursátil no son una bagatela, también es cierto que esta cantidad no resulta inalcanzable para casi cualquiera de las grandes del sector. La misma Pfizer dispone de tesorería sobrada (más de 25.000 millones de dólares en efectivo) para culminar la adquisición de una compañía como Shire.
A pesar de que a comienzos de marzo Jeffrey Kindler, el consejero delegado de Pfizer, desechó la idea de llevar a cabo grandes adquisiciones, si la capitalización de Pfizer es casi 14 veces la de Shire ¿se puede considerar su adquisición una gran compra? Precisamente esta parece ser la línea escogida por la compañía norteamericana. Desde que Kindler maneja el timón, la norteamericana ha anunciado ocho adquisiciones. Sin ir más lejos, recientemente ha acordado comprar Serenex y Encysive, dos pequeñas biotecnológicas. Hace unas semanas especulábamos también con la posibilidad de que Pfizer pudiera adquirir la vacuna para dejar de fumar de Biopharmaceuticals.
A las puertas de la pasada Semana Santa, los especuladores han puesto sobre la mesa otros candidatos. Ha sonado con especial fuerza el nombre de AstraZeneca. Algunos medios, como Financial Times, han llegado incluso a valorar la aparentemente excelente relación que hay entre el consejero delegado de la anglosueca, David Brennan, y el presidente de la británica, Matt Emmens, al haber trabajado juntos en la joint-venture que formaban Astra y Merck & Co antes de Astra y Zeneca se fusionasen.
Al igual que Pfizer, AstraZeneca atraviesa también por una difícil situación competitiva. Un informe del banco suizo UBS pronostica para el próximo quinquenio una pérdida de ventas de hasta un 30 por ciento. Su segundo producto más importante en facturación, el antipsicótico Seroquel, está a punto de enfrentarse a la pérdida de patente, dejando vía libre a Teva para comercializar el genérico que ya tiene a punto y al que tan solo le falta la aprobación de la FDA.
AstraZeneca tiene actualmente tres demandas judiciales pendientes contra compañías que pretenden comercializar copias de su antiulceroso Nexium (esomeprazol DCI), su producto más vendido. Desde que hace un año anunciara la compra de MedImmune la compañía ha perdido un 37 por ciento de su valor. Por lo tanto, necesita urgentemente renovar su cartera si quiere mantener su participación de mercado y mejorar sus márgenes.
Si bien el encaje estratégico de la operación en cualquiera de las compañías mencionadas no resulta ideal, lo cierto es que las alternativas no son tantas. El tiempo apremia y las posibilidades de quedarse compuesto y sin novio parecen cada vez mayores.