Bristol-Myers Squibb (BMS) ha conseguido finalmente hacerse con el control de la californiana Amylin (
nota de prensa), fabricante de los antidiabéticos
Byetta y Bydureon, tras acordar el pasado viernes un pago de 5.300 millones de dólares (31 dólares por acción). Como parte del acuerdo debe añadir además 1.700 millones de dólares en concepto de deuda y de
abono de derechos a Eli Lilly, el socio actual de Amylin, con lo que en la práctica el acuerdo de adquisición asciende a 7.000 millones de dólares. BMS a su vez ha acordado con AstraZéneca fortalecer
su alianza en el campo de la diabetes, compartiendo los costes y los beneficios del acuerdo a cambio de obtener 3.400 millones de dólares. AstraZéneca tiene la opción de pagar 135 millones de dólares extra (la mitad de los costes de la transacción) a cambio de tener los mismos derechos políticos que BMS en cuanto a las decisiones estratégicas y financieras de la joint venture.
El pasado mes de febrero BMS hizo una primera oferta de 3.500 millones de dólares, que
Amylin rechazó por considerarla demasiado baja, debido a que, en su opinión, se había basado sólo en información pública disponible. Desde entonces varias compañías, entre las que se encuentran Merck & Co, Novartis y Sanofi, se habían interesado por la californiana. Finalmente han sido BMS y AstraZéneca (que acordaron no competir entre ellas) las que han culminado la adquisición. Según Bloomberg, la industria farmacéutica perdió el pasado año la protección de patente para productos que aportaron 37.000 millones de dólares de ingresos. Por otra parte en 2015 los ingresos bajo amenaza de sufrir la competencia de genéricos ascenderán a 147.000 millones de dólares. Desde hace un tiempo Bristol trata de encontrar reemplazo a la facturación que perderá por el vencimiento de la patente de Plavix. Recordemos que BMS mantiene con Sanofi un acuerdo de comercialización de Plavix y que en mayo venció su patente en EE.UU. Por su parte, la patente de Seroquel en EE.UU. venció en marzo.
El hecho de compartir la adquisición permite a AstraZéneca mantener el pago de dividendos a sus accionistas, así como la recompra de acciones y refuerza las posibilidades de que
Simon Lowth, consejero delegado interino tras la precipitada marcha de
David Brennan (según algunos por no ser capaz de conseguir refrescar el
pipeline), sea finalmente el elegido para comandar la compañía anglo-sueca. Según Financial Times, los inversores de AstraZéneca se encuentran divididos, entre aquellos que desean una actitud más audaz, con nuevas adquisiciones y acuerdos de licencia, y aquellos que prefieren obtener rentabilidad de sus acciones.
Respecto al monto de la operación, mientras algunos analistas creen que el precio acordado se encuentra en el límite superior, otros los consideran desorbitado y sólo se lo explican por la situación desesperada a la que se enfrentan algunas farmacéuticas para conseguir mantener sus ingresos.
Amylin ha estado buscando un socio desde que finalizó el pasado noviembre su acuerdo con Eli Lilly, quien decidió participar con Boehringer Ingelheim en el desarrollo de linagliptina DCI, un producto posible competidor de Byetta y Bydureon, por ser todos ellos
análogos del péptido similar al glucagón de tipo 1 (GLP-1), empleados en el tratamiento de la diabetes tipo 2. En 2011 los ingresos de Amylin ascendieron a 650 millones de dólares y se espera un aumento del 5 por ciento para este año, según estimaciones de analistas obtenidas por Bloomberg. Según un analista de Cowen & Co (Nueva York), los ingresos de Amylin podrían alcanzar los 1.500 millones de dólares.
Byetta (exenatida DCI) se inyecta dos veces al día y sus prescripciones han descendido desde 2008, en parte por dudas sobre su seguridad y en parte por competencia de Victoza (liraglutida DCI), otro antidiabético agonista de los receptores GLP-1, comercializado por Novo Nordisk, que sólo requiere de una inyección diaria y que ha alcanzado ya el nivel de blockbuster. Las ventas de Byetta en 2011 fueron 518 millones de dólares, mientras que en 2009 sumaron 668 millones. Tras dos rechazos previos, Amylin obtuvo de la FDA en enero la aprobación de Bydureon, que se inyecta una sola vez por semana. Amylin vende además Symlin (pramlintida acetato DCI), aprobado para tratar la diabetes tipo 1 y 2, y que en 2011 consiguió 104 millones de dólares.
BMS y AstraZeneca comercializan juntos Onglyza (saxagliptina DCI), un
inhibidor de la DPP-4 (dipeptidil peptidasa). Onglyza ha sido aprobado en 77 países, y, entre otros, se encuentra en EE.UU., Canada, Mexico, la Unión Europea, India, Brasil y China. Onglyza no ha tenido buenos resultados en su competición con Januvia (sitagliptina DCI), el primer producto de esta familia, introducido por Merck & Co en 2006 y que alcanza ventas anuales de 4.700 millones de dólares, diez veces más que Onglyza. BMS y AstraZéneca trabajan además en dapagliflocina DCI, un inhibidor de
SGLT-2 (transportador de glucosa dependiente de sodio). El pasado abril obtuvo opinión positiva del Comité de Medicamentos para Uso Humano (CHMP) de la EMA. La cartera de Amylin viene por tanto a complementar la oferta de BMS y AstraZéneca en diabetes.