Thursday, August 6, 2009

UPDATE - Primer tweetup sobre redes sociales en el sector sanitario europeo

Al parecer ha habido un malentendido con el horario del tweetup de mañana. El evento tendrá lugar a las 12:00 del mediodía hora de Londres, o sea, las 13 horas en Madrid o Barcelona. Esperamos contar con el mayor número de participantes posible.

Primer tweetup sobre redes sociales en el sector sanitario europeo

Silja Chouquet y Andrew Spong, dos consultores expertos en redes sociales en el sector sanitario han tomado la iniciativa y han convocado a través de Twitter el primer encuentro (tweetup) con el fin de conocer un poco mejor cuál es la situación a nivel europeo. Todo aquel que pueda estar interesado en participar lo podrá hacer mañana viernes de 12 a 13 h GMT hora de Londres, o sea, de 14 a 15 h 13 a 14 h hora de Barcelona. El propósito es repetir esta experiencia todos los viernes a la misma hora.


Una de las motivaciones que ha impulsado a Silja y a Andrew a organizar este evento periódico es la falta de un foro a nivel europeo en el que debatir e intercambiar experiencias sobre redes sociales en el sector de la sanidad, a diferencia de lo que observamos en EE.UU. donde con frecuencia se organizan encuentros en Twitter, reuniones en directo y hasta barbacoas en un ambiente distendido que permite un mejor conocimiento mutuo.


Como en cualquier otro tweetup, se ha creado una etiqueta o hashtag específico que debemos añadir a cualquier post que hagamos con relación al evento. El hashtag escogido ha sido #hcsmeu, que se forma con las iniciales de ‘Heath Care and Social Media in Europe’.


Para la primera sesión se proponen tres temas:


  1. Se solicita a cada participante que comente el uso de redes sociales en la sanidad de su país de origen, enviando enlaces de sitios o artículos de interés.
  2. Se desea asimismo conocer cuáles son las principales diferencias entre el uso de redes sociales en Europa y en EE.UU.
  3. Por último, se juzga de interés conocer qué factor puede actuar como inductor clave en la adopción de redes sociales en el ámbito sanitario del país de origen del participante.


Aunque el enfoque de la reunión sea el espacio sanitario europeo, los colegas norteamericanos y de otras partes del mundo están también invitados a participar.


Y para no ser menos que los norteamericanos, Silja y Andrew nos invitan a asistir a un encuentro informal el próximo 25 de septiembre en Londres. Aunque el lugar aún no esta decidido, si lo deseáis podéis ir reservando ese fin de semana en vuestras agendas.


Información adicional:


Silja Chouquet: http://twitter.com/whydotpharma

Andrew Spong: http://twitter.com/andrewspong


Para seguir el debate puedes acceder a:

http://twitter.com/#search?q=%23hcsmeu



Monday, July 20, 2009

El futuro no está en los genéricos


El conocido aforismo no suele fallar: siempre solemos acordarnos de Santa Bárbara cuando truena. Nos hallamos en situación de pandemia oficialmente declarada, fabricando vacunas contra reloj, con una capacidad de producción insuficiente que permita vacunar a toda la población, a poder ser antes de que el invierno alcance el hemisferio norte, y con la actual crisis económica como trasfondo del cuadro. Que ante semejante coyuntura la OMS salga en defensa de la industria innovadora no resulta sorprendente. Aunque sí resulta lamentable que tenga que producirse una situación grave desde el punto de vista sanitario para reconocer la necesidad de estimular la innovación farmacéutica con patentes lucrativas u otro tipo de incentivos, como ha defendido recientemente Margaret Chan, directora general del citado organismo internacional.


Y al tiempo que Chan rompe una lanza a favor de la industria innovadora, la comisaria europea de competencia Neelie Kroes aparece poniendo el contrapunto al señalar a este sector con el dedo acusándolo de prácticas anticompetitivas con el fin de demorar la entrada de genéricos al mercado. La escena resulta cuando menos chocante y bien merece una pausada reflexión. A este respecto no tengo la intención de repetir nuevamente mi opinión sobre el tema, pues ya lo hice en este blog el pasado diciembre y continúa siendo la misma.


En esta ocasión se trata de analizar por dónde puede ir el futuro del sector, cuya situación ha cambiado de modo sustancial a lo largo del período analizado por la comisaria Kroes en su informe. El cambio ha sido tan profundo que empieza a dejar de tener sentido hablar de industria de marca e industria de genéricos, pues sus límites se están difuminando cada vez más. Ambas se van entremezclando, si se me permite la comparación, como lo hacen las aguas del río Negro y el río Solimões cuando se encuentran para formar el Amazonas. A medida que vayan venciendo las patentes de los productos de marca, los biológicos de marca van a ir ganando mayor protagonismo. Finalmente, éstos serán los productos más vendidos. Por ejemplo, en el segmento de los medicamentos para tratar enfermedades autoinmunes ya se da esta particularidad al estar dominado por anticuerpos monoclonales (Avastin, Humira, Rituxan, Herceptin, etc.). En los próximos cinco años, la mayoría de los blockbuster de este nicho serán biológicos.


Los genéricos actuales son pequeñas moléculas que resultan fáciles de replicar. Por el contrario, los productos biológicos son mucho más complejos de producir, por lo que el futuro no está en los genéricos, un mercado de commodities que estará dominado por un puñado de compañías que fabricarán grandes volúmenes a un bajo coste. El futuro seguirá estando en la innovación, ya sea para conseguir nuevas moléculas o para elaborar biosimilares. A las empresas de genéricos actuales no les va a quedar más remedio que innovar. Si no quieren quedarse atrás deberán invertir mucho más, como ya hace Teva. Pero, con el grado de rivalidad actual y los niveles de precios a los que se está llegando, apenas hay margen de maniobra para actuar.


En la actualidad la inmensa mayoría de medicamentos todavía se administran por vía oral. Estos necesitan por lo general superar diversos obstáculos (tubo digestivo, metabolismo hepático, proteínas plasmáticas, etc.) antes de alcanzar su diana terapéutica. La situación ideal sería la de poder administrar el fármaco directamente en el lugar donde debe ejercer la acción. Por ello, prevemos que buena parte de la innovación futura va a ir en esta dirección y el valor añadido de nuevos medicamentos estará en formas galénicas hasta ahora desconocidas y en los dispositivos de aplicación, como sucede en el mercado de las insulinas con los bolis o plumas, donde los competidores tradicionales (Novo, Eli Lilly,…), a base de innovar en éstos, consiguen mantener su liderazgo.

Monday, June 29, 2009

La industria farmacéutica a Obama: Yes we can


Hay industrias que reciben ayudas del gobierno a modo de salvavidas contra la crisis. Otras, en cambio, no reciben ayuda alguna. Y a otras, incluso, les toca apretarse el cinturón. Es el caso de la industria farmacéutica en EE.UU. Allí, la patronal farmacéutica norteamericana (PhRMA) acaba de anunciar la aprobación tentativa de un descuento de hasta 80.000 millones de dólares, que se aplicará a lo largo de la próxima década sobre los medicamentos que son financiados a través de programas públicos como Medicare, que da cobertura sanitaria a mayores de 65 años o a personas que presentan determinadas discapacidades.


Se supone que ésta pretende ser la aportación de la industria farmacéutica para ayudar al presidente Obama a realizar su ambicioso plan de reforma de la Sanidad. Durante su campaña electoral el presidente norteamericano prometió ampliar la cobertura de la población, una de las grandes asignaturas pendientes de aquel país, en el que más de 45 millones de personas no tienen aún acceso a la sanidad pública. En los ’90 la industria se opuso ferozmente a una reforma planteada por Clinton en parecidos términos, llegando a combatir la iniciativa con anuncios de televisión. Con estos antecedentes no es de extrañar que haya más de un escéptico convencido de que Obama fracasará en su intento. Éste ya les ha contestado con su célebre eslogan de campaña: ‘Yes we can.


El presente acuerdo demuestra un cambio de actitud y un enfoque más colaborativo. La medida aprobada permitirá eventualmente beneficiar a más de tres millones de pensionistas y discapacitados que actualmente son víctimas de lo que popularmente se conoce como el ‘agujero del dónut’: los pacientes deben financiar de su bolsillo lo que sobrepase los 2.700 dólares anuales de gasto en medicamentos de marca y hasta un límite de 6.100 dólares por año (4.350 dólares según otras fuentes), a partir del cual vuelve a ser financiado con recursos públicos. La aportación de la industria serviría para que los pacientes paguen sólo la mitad del coste, con lo que es de prever que al menos mejore el cumplimiento de los tratamientos, ya que algunas personas reducen las dosis o dejan de tomar su medicación cuando caen en el ‘agujero del dónut’.


Si bien algunas compañías han criticado de manera explícita que se les exija un mayor esfuerzo precisamente en un momento de grave crisis económica, con el citado acuerdo la industria parece haber comprendido que la reforma es inevitable y por ello ha preferido minimizar su impacto, evitando la adopción de medidas mucho más perjudiciales para sus intereses, como un recorte de los precios de los medicamentos de prescripción. Asimismo ha aprovechado la ocasión para reivindicar y tratar de promover cambios que le sean favorables.


A priori, una ampliación de la cobertura a personas que actualmente carecen de ella hace suponer que la industria obtendrá unos ingresos adicionales, que un analista de Miller Tabak ha estimado entre 15.000 y 18.000 millones de dólares. No obstante según un informe reciente de Datamonitor la reforma de la administración norteamericana tendrá un impacto negativo en el crecimiento del sector y quienes más podrán beneficiarse serán las empresas de genéricos y los fabricantes de biosimilares.


Durante el primer trimestre de este año la industria ha aumentado el precio de muchos medicamentos por encima de un 15 por ciento, lo que ha levantado algunas voces críticas en su contra. Según han explicado las propias compañías, lo que se proponen es paliar los efectos de la actual coyuntura y sacar el máximo provecho antes de que expiren las patentes y aparezcan competidores. Diversos factores han contribuido a que durante los últimos años la capacidad competitiva del sector se haya ido debilitando, por lo que lo último que ahora desea el sector es un sistema público fuerte que le imponga una reducción de precios. Las farmacéuticas están convencidas de que el resultado sería una menor inversión en I+D y una capacidad innovadora aún más mermada, con lo que al final quien perdería sería la sociedad en su conjunto.