La israelí Teva ha sido finalmente la que se ha llevado el gato al agua, según han contado a Dow Jones Newswire varias personas relacionadas con este asunto.
Ratiopharm es propiedad de un conglomerado alemán, cuyo patriarca, Adolf Merckle, se suicidó en enero de 2009. El grupo tenía en aquel momento unas deudas que superaban los 5.000 millones de euros y los acreedores impusieron a la familia poner a la venta la empresa de genéricos, una de las ‘joyas de la corona'.
Aún no se ha dado a conocer el importe de la operación, pero se cree que pueda rondar los 5.000 millones de dólares. De confirmarse sería la operación más importante en el sector de genéricos acaecida después de la adquisición de Barr por Teva (que ascendió a unos 7.500 millones de dólares).
Además de Teva, en la pugna final competían la norteamericana Pfizer y la islandesa Actavis. Tal como señala el Wall Street Journal, Teva estaba especialmente interesada en adquirir Ratiopharm, pues aunque la israelí es la líder mundial del sector de genéricos, su posición en Europa era mucho más débil y era su objetivo corregir esta situación hasta el punto de multiplicar por tres su facturación en los próximos cinco años en esta región.
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