El grupo belga Solvay, productor de sustancias químicas, plásticos y medicamentos, es uno de los pocos conglomerados químico-farmacéuticos que aún perduran. Aunque parece que por poco tiempo, pues la compañía ha contratado a tres bancos de inversión, Citigroup, Morgan Stanley y Rothschild, con el fin de gestionar la venta de Solvay Pharmaceuticals. Tras llevar a cabo una revisión estratégica de esta unidad farmacéutica y de considerar diferentes opciones, los citados bancos han preparado un cuaderno de ventas preliminar que habrían hecho llegar a potenciales compradores. Después de esta primera ronda de ofertas, se ha previsto una segunda en la que se proporcionará una información mucho más detallada, y dirigida a aquellas compañías que hayan expresado su interés en comprar.
En 2008 el grupo Solvay facturó unos 9.600 millones de euros, de los cuales 2.700 millones se obtuvieron del negocio farmacéutico. De acuerdo con analistas del sector, el precio de venta podría situarse entre los 5.000 y los 6.000 millones de euros. Los buenos resultados de la unidad de medicamentos, que aporta la mitad del beneficio operativo, no son suficientes para compensar la caída de la demanda que acusa tanto la unidad de productos químicos como la de plásticos, agudizada por la crisis económica internacional. La venta de Solvay Pharmaceuticals permitiría financiar la adquisición de un nuevo motor de crecimiento para el negocio químico del grupo.
Según informaba Financial Times el pasado mes de abril,
De los productos que comercializa Solvay sólo tenía en 2008 un producto que facturase más de 500 millones de euros (Fenofibrate), de modo que para un posible comprador, como Sanofi, la repercusión que podría tener en su cartera sería muy modesta. Bajo este prisma no parece que se pueda justificar
Solvay presentaba a finales de 2008 un balance de una solidez indiscutible, en el que la deuda suponía tan sólo una tercera parte del pasivo, por lo que desde el punto de vista financiero no parece hallarse en una situación acuciante que haga necesaria una venta rápida. Por otra parte, el rechazo a la oferta de Sanofi-Aventis indicaría que