En el sector farmacéutico AstraZeneca fue la primera compañía en organizar un tweet chat (en febrero de 2011). Tuvo lugar en EE.UU y trataba sobre un programa de ahorro para pacientes (#RxSave). En cambio, Boehringer Ingelheim fue pionera en organizar tweet chats sobre patologías tales como la EPOC (#COPDChat), la fibrilación auricular (#ChatAFib), el asma (#ChatAsthma) o el cáncer de pulmón no microcítico (#ChatNSCLC).
Los tweet chats persiguen facilitar el diálogo y contribuir a un mayor conocimiento y concienciación sobre aspectos de determinadas patologías. La compañía invita a participar tanto a clínicos interesados en la materia como a periodistas especializados. En cada convocatoria y al inicio de cada sesión se advierte a los participantes que se abstengan de hablar de tratamientos y que el tweet chat:
“…va destinado a periodistas o profesionales sanitarios fuera de los EE.UU. / Reino Unido que estén interesados en la información de medios de Boehringer Ingelheim."
A modo de ejemplo, con motivo del ESC 2013, Boehringer organizó el chat #ChatAFib e invitó a participar a expertos en cardiología y trombosis con el fin de tratar los siguientes aspectos:
- Cuestiones clave alrededor del conocimiento de la enfermedad cardiovascular y la trombosis en mujeres
- ¿Qué tan común es el uso del tratamiento antitrombótico en mujeres frente a los hombres?
- ¿Las mujeres son más propensas que los hombres a convertirse en discapacitadas por un accidente cerebrovascular relacionado con la fibrilación auricular?
- Gestión de las mujeres, las enfermedades cardiovasculares y trombosis en la práctica clínica diaria
Al respecto, un bloguero de referencia, como John Mack (@pharmaguy), en esta entrada de hace aproximadamente un año comentaba lo siguiente:
“...hay varias razones no reglamentarias por las que las compañías farmacéuticas no han organizado más chats:
- Las compañías farmacéuticas temen ser abrumadas por los acontecimientos adversos que podrían surgir en los tweets durante una sesión de chat que conduzcan y/o moderen.
- Las compañías farmacéuticas temen la promoción de “indicaciones no aprobadas" que puedan hacer los participantes del chat.
- Organizar y moderar un chat requiere demasiado esfuerzo y es demasiado arriesgado.
- Una vez empiece el chat es muy difícil controlar el mensaje.
- Los consumidores realmente no quieren comunicarse con las compañías farmacéuticas."
Entonces, ¿cómo actuar ante la eventualidad de que algún participante haga alguna pregunta o comentario que viole las reglas anunciadas de antemano? Creo que lo apropiado en este caso sería advertírselo y si persiste en su comportamiento al moderador no le quedará más remedio que ignorarlo.
Como comentaba recientemente Alexandra Fulford (@pharmaguapa) en esta entrada, los tweet chats pueden aportar valor de diversas maneras, como por ejemplo ayudar a los recién llegados a introducirse y familiarizarse con este medio, o como herramienta para los estudiantes, al permitirles acceder con facilidad a profesionales expertos o investigadores y complementar de este modo su aprendizaje. Al mismo tiempo contribuye a establecer relaciones interesantes en relación con un sector o una determinada actividad.
Las normativas estatales o autonómicas españolas que regulan la actividad de las compañías farmacéuticas no prohíben específicamente la organización de chats en redes sociales. Por lo tanto, mientras se cumpla la legislación en materia de promoción de medicamentos, el uso de tweet chats es una opción más a considerar por parte de los laboratorios.
Ciertamente la alta regulación del sector y la naturaleza abierta de Twitter limitan las posibilidades de esta actividad. No obstante, hay evidencias que muestran que merece la pena experimentar con esta herramienta y tratar de aprovechar el potencial que ofrece, por supuesto siempre respetando escrupulosamente el marco regulatorio.