Todavía no es oficial. Ninguna de las dos compañías ha confirmado o desmentido aún la información publicada la pasada semana por un semanario galo: la firma de un preacuerdo de fusión entre Sanofi Aventis y Bristol Myers Squibb (BMS). Curiosamente hace tan solo un mes, Daniel Vasella, Presidente y Consejero Delegado de Novartis, reconoció que tal operación no le sorprendería en absoluto dada la estrecha colaboración de las dos compañías en la comercialización del antiagregante Plavix (clopidogrel DCI) y del antihipertensivo Avapro/Aprovel/Karvea (irbesartán DCI), lo que en diferentes ocasiones ha alimentado la rumorología.
Independientemente de que la noticia se acabe confirmando o no, la operación parece tener sentido tanto para la compañía francesa como para la norteamericana. De un lado la compañía gala necesita fortalecer y asegurar su presencia en el mercado norteamericano, el principal mercado mundial. Y precisamente ahora, que ha conseguido reequilibrar su balance tras la fusión con Aventis, puede encontrarse en condiciones de abordar un nuevo proceso de consolidación con otra compañía. Y que mejor candidato que aquel con el que se lleva trabajando tiempo y a quien conoce bien gracias a la alianza de marketing que ambos mantienen. La adquisición de BMS, cuya capitalización bursátil ronda los 51.500 millones de dólares, se haría posiblemente con una combinación de papel y efectivo.
De otro lado, somos testigos en el sector de la creciente preocupación entre las compañías innovadoras ante las dificultades para reemplazar las ventas de los productos cuya patente ha vencido o está próxima a vencer. La dificultad de conseguir nuevos productos sustitutivos se ha puesto de manifiesto recientemente con la retirada de torcetrapib por parte de Pfizer, el producto que debía sustituir a Lipitor/Cardyl (atorvastatina DCI), y el subsiguiente anuncio de recorte de 10.000 empleos. Uno de los atractivos de BMS radica en su pipeline, en el que destacan sobre todo tres agentes antitumorales como ixabepilona, vinflunina e ipilimumab que prometen contribuir generosamente a la facturación de la compañía adquiriente. Ambas compañías tienen en este momento productos cuyas patentes vencerán entre 2010 y 2012, pudiendo perder hasta un 30% de su facturación.
A todo ello podemos añadir que para el presidente de Sanofi, Jean-François Dehecq, quien tiene previsto retirarse a finales del 2009, supondría tal vez la mejor forma de culminar su carrera en la industria. Pero también BMS tiene razones para dejarse adquirir. De un lado, lleva desde el pasado mes de septiembre con un Consejero Delegado provisional, ya que el anterior fue forzado a dimitir a la vista de la evolución de la cotización de las acciones y de los supuestos errores cometidos en la gestión del caso Plavix. La introducción de Orencia (abatacept DCI), un producto para el tratamiento de la artritis reumatoide, y de Sprycel (dasatinib DCI), para la leucemia mieloide crónica, está siendo más lenta que lo que se esperaba y BMS, que se ha visto además dañada en 2006 por el genérico de Plavix comercializado por Apotex, no genera suficiente efectivo para continuar pagando dividendos a sus accionistas.
Los analistas creen que la consumación del acuerdo estaría condicionada al resultado del caso Plavix (ver El Global, nº 307), cuyo proceso judicial se inició el pasado 22 de enero y que previsiblemente no finalizará al menos hasta el tercer trimestre de este año. Tras el primer asalto la mayoría de analistas del sector coincide en que Sanofi y Bristol acabarán ganando el caso a Apotex. Tal vez por ello Sanofi haya preferido tomar la delantera para asegurar su posición sobre BMS frente a otros posibles ofertantes que pudieran haber puesto ya su punto de mira sobre la compañía norteamericana y que estuvieran aguardando tan solo a conocer la resolución judicial. Al mismo tiempo Sanofi se protegería a sí misma frente a una eventual adquisición en el momento en que Total, uno de sus principales accionistas institucionales, pusiera a la venta su paquete del 13% de las acciones.
De consumarse la operación se formaría la mayor compañía farmacéutica del mundo, con un valor de mercado actual que ronda los 175.000 millones de dólares, relegando a Pfizer y a GlaxoSmithkline al segundo y tercer lugar del escalafón mundial, respectivamente. A buen seguro que la operación presenta sinergias potenciales por explotar en términos de ahorros en I+D y en personal, que serían eventualmente aprovechados por Sanofi Aventis.
Wednesday, January 31, 2007
Thursday, January 25, 2007
Actualidad en la terapia del cáncer
Acabamos de conocer una buena noticia. Un reciente informe de la Sociedad Americana del Cáncer (ACS, según sus siglas en inglés) asegura que la mortalidad por cáncer ha descendido por segundo año consecutivo. En el informe se apunta como principales causas la reducción del número de fumadores, la detección precoz y el tratamiento de los cánceres de colon, mama y próstata. Y es que la búsqueda de fármacos efectivos contra el cáncer se encuentra actualmente entre las principales prioridades de las compañías farmacéuticas.
Hasta el momento presente, la búsqueda de terapias antitumorales eficaces se ha centrado en el desarrollo de agentes capaces de destruir de manera selectiva las células cancerosas, diferenciándolas de las células normales. En este sentido, una de las estrategias utilizadas se basa en la especificidad de la respuesta inmune. Los avances en biología celular y molecular hicieron posible la obtención de anticuerpos monoclonales y dio lugar a que numerosas compañías farmacéuticas y de biotecnología se decidieran a invertir en este campo. Los anticuerpos monoclonales constituyen actualmente una de las clases terapéuticas de mayor crecimiento (por encima del 10%), pudiendo llegar a triplicar su tamaño en los próximos tres a cinco años. El primer producto de esta clase que se lanzó al mercado fue rituximab DCI (Rituxan / MabThera), comercializado desde hace una década por Biogen Idec, Genentech y Roche y una de las marcas que dominan el mercado, junto con productos como Herceptin (trastuzumab DCI), también de Genentech, o Glivec/Gleevec (imatinib DCI), de Novartis.
En un principio los anticuerpos monoclonales derivaban del ratón y paulatinamente se han ido humanizando, con lo que se ha reducido su inmunogenicidad, mejorándose el perfil de efectos adversos. El primer anticuerpo monoclonal humanizado fue Herceptin, que se aprobó para el tratamiento del cáncer de mama. Más recientemente se han aprobado otros productos para el tratamiento del cáncer de colon, tales como Erbitux (cetuximab DCI), de ImClone/Bristol-Myers Squibb, y Avastin (bevacizumab DCI), de Genentech/Roche. Este último producto, que ya ha alcanzado la categoría de blockbuster, se convertirá casi con toda probabilidad en 2007 en el antitumoral más vendido, gracias a las aprobaciones que se esperan para este año tanto en EEUU como en Europa. El producto está siendo investigado actualmente en 25 tipos de tumores diferentes, con 130 ensayos clínicos en marcha. No obstante tendrá que hacer frente a la competencia de Sutent (sunitinib DCI) de Pfizer y Nexavar (sorafenib DCI) de Onyx Pharmaceuticals/Bayer, dos productos que se emplean en el tratamiento del carcinoma de células renales.
Uno de los inconvenientes de los anticuerpos monoclonales es su gran tamaño molecular, lo que exige que su administración se haga por inyección o infusión, al contrario que los fármacos de tamaño pequeño, que pueden administrarse más cómodamente por vía oral. Pequeñas compañías, como Ablynx y Domantis han conseguido ya lo que se conoce como nanocuerpos, pues su tamaño es la décima parte del tamaño de un anticuerpo monoclonal, lo que ofrece indudables ventajas. Por ello no es de extrañar que grandes compañías se hayan interesado en establecer acuerdos, como el que se anunció hace unos días entre Boehringer Ingelheim y Ablynx, o realizar adquisiciones, como la compra de Domantis por parte de GlaxoSmithKline (GSK) el pasado mes de diciembre.
Como complemento a su estrategia para posicionarse de forma significativa en el mercado de oncología, dominado indiscutiblemente por Roche y Genentech, GSK ha solicitado tanto en Europa como en EEUU la aprobación de Tykerb (lapatinib DCI), un producto que ha demostrado una gran eficacia en el tratamiento del cáncer de mama en mujeres que no han respondido al tratamiento con Herceptin. Tykerb podría convertirse en cinco años en un nuevo blockbuster.
A pesar de los avances en la terapia oncológica, los citotóxicos son aún mayoría entre los antitumorales que más se emplean, mientras que los agentes terapéuticos dirigidos a dianas específicas suponen la tercera parte de estos productos. No obstante la tendencia que se puede constatar es que estos últimos fármacos serán los más utilizados en menos de una década.
Hasta el momento presente, la búsqueda de terapias antitumorales eficaces se ha centrado en el desarrollo de agentes capaces de destruir de manera selectiva las células cancerosas, diferenciándolas de las células normales. En este sentido, una de las estrategias utilizadas se basa en la especificidad de la respuesta inmune. Los avances en biología celular y molecular hicieron posible la obtención de anticuerpos monoclonales y dio lugar a que numerosas compañías farmacéuticas y de biotecnología se decidieran a invertir en este campo. Los anticuerpos monoclonales constituyen actualmente una de las clases terapéuticas de mayor crecimiento (por encima del 10%), pudiendo llegar a triplicar su tamaño en los próximos tres a cinco años. El primer producto de esta clase que se lanzó al mercado fue rituximab DCI (Rituxan / MabThera), comercializado desde hace una década por Biogen Idec, Genentech y Roche y una de las marcas que dominan el mercado, junto con productos como Herceptin (trastuzumab DCI), también de Genentech, o Glivec/Gleevec (imatinib DCI), de Novartis.
En un principio los anticuerpos monoclonales derivaban del ratón y paulatinamente se han ido humanizando, con lo que se ha reducido su inmunogenicidad, mejorándose el perfil de efectos adversos. El primer anticuerpo monoclonal humanizado fue Herceptin, que se aprobó para el tratamiento del cáncer de mama. Más recientemente se han aprobado otros productos para el tratamiento del cáncer de colon, tales como Erbitux (cetuximab DCI), de ImClone/Bristol-Myers Squibb, y Avastin (bevacizumab DCI), de Genentech/Roche. Este último producto, que ya ha alcanzado la categoría de blockbuster, se convertirá casi con toda probabilidad en 2007 en el antitumoral más vendido, gracias a las aprobaciones que se esperan para este año tanto en EEUU como en Europa. El producto está siendo investigado actualmente en 25 tipos de tumores diferentes, con 130 ensayos clínicos en marcha. No obstante tendrá que hacer frente a la competencia de Sutent (sunitinib DCI) de Pfizer y Nexavar (sorafenib DCI) de Onyx Pharmaceuticals/Bayer, dos productos que se emplean en el tratamiento del carcinoma de células renales.
Uno de los inconvenientes de los anticuerpos monoclonales es su gran tamaño molecular, lo que exige que su administración se haga por inyección o infusión, al contrario que los fármacos de tamaño pequeño, que pueden administrarse más cómodamente por vía oral. Pequeñas compañías, como Ablynx y Domantis han conseguido ya lo que se conoce como nanocuerpos, pues su tamaño es la décima parte del tamaño de un anticuerpo monoclonal, lo que ofrece indudables ventajas. Por ello no es de extrañar que grandes compañías se hayan interesado en establecer acuerdos, como el que se anunció hace unos días entre Boehringer Ingelheim y Ablynx, o realizar adquisiciones, como la compra de Domantis por parte de GlaxoSmithKline (GSK) el pasado mes de diciembre.
Como complemento a su estrategia para posicionarse de forma significativa en el mercado de oncología, dominado indiscutiblemente por Roche y Genentech, GSK ha solicitado tanto en Europa como en EEUU la aprobación de Tykerb (lapatinib DCI), un producto que ha demostrado una gran eficacia en el tratamiento del cáncer de mama en mujeres que no han respondido al tratamiento con Herceptin. Tykerb podría convertirse en cinco años en un nuevo blockbuster.
A pesar de los avances en la terapia oncológica, los citotóxicos son aún mayoría entre los antitumorales que más se emplean, mientras que los agentes terapéuticos dirigidos a dianas específicas suponen la tercera parte de estos productos. No obstante la tendencia que se puede constatar es que estos últimos fármacos serán los más utilizados en menos de una década.
Wednesday, January 17, 2007
Ranbaxy aspira a liderar el mercado de genéricos
Tras la inesperada compra de Serono por Merck KGaA el pasado mes de septiembre (ver El Global, nº 309), ésta ha confirmado que pone a la venta su cartera de genéricos. La compañía alemana confirma así que apuesta por focalizarse en el área de biotecnología y que en su estrategia no encaja continuar compitiendo por el mercado de genéricos. Los ingresos que obtenga de la venta de la misma le vendrán muy bien para reducir en parte la deuda asumida con la adquisición de Serono.
Hasta el momento sólo la india Ranbaxy ha hecho explícito que está interesada en la oferta de Merck. No es la primera vez que Ranbaxy intenta llevar a cabo una adquisición de genéricos en Alemania. Hace menos de un año, en marzo de 2006, la también india Dr. Reddy’s la superó en la pugna por la entonces alemana Betapharm. El intento de hacerse ahora con la unidad de genéricos de Merck se nos antoja un tanto audaz, teniendo en cuenta que la facturación de ésta es el doble que la de Ranbaxy. Por lo tanto, o bien se asocia con otra compañía o fondo de inversión que preste sus recursos financieros a la operación o bien amplía su balance emitiendo tanto deuda como capital. Si no fuera así, la situación financiera de la compañía podría quedar fuertemente tensionada.
La cartera de Merck debe tener un gran atractivo para Ranbaxy, ya que supone complementar ampliamente la suya propia. Ranbaxy casi duplicaría el número de principios activos con los que compite, reforzando su presencia en segmentos de mercado de gran demanda, como los de cardiovascular, sistema nervioso central o respiratorio. El ámbito geográfico también se vería reforzado tras el acuerdo, especialmente los grandes mercados norteamericano y japonés.
Aunque probablemente el proceso no estará exento de dificultades por entrar en la pugna otros jugadores, de llegar a buen puerto Ranbaxy multiplicaría por tres su facturación y se situaría en la tercera posición del escalafón mundial de genéricos, tras Teva y Sandoz. Aun sin haberse pronunciado todavía, cabe la posibilidad de que alguna de estas dos compañías presente una contraoferta. A Teva le podría convenir consolidar su liderazgo mundial, mientras que Sandoz podría buscar precisamente desbancar de esta posición a su rival israelí. Tampoco podemos descartar el interés por parte de otras compañías de genéricos, como la norteamericana Watson.
Algunos analistas apuntan además la posibilidad de que una compañía innovadora, una de las grandes del sector, entre también en liza. Se ha especulado acerca del posible interés de Sanofi-Aventis por seguir una estrategia de diversificación hacia el sector de genéricos, al estilo de Novartis. Precisamente los vencimientos de patentes y la competencia de genéricos suponen que para algunas de estas compañías la perspectiva de ingresos para los próximos años no resulte muy halagüeña, pronosticándose una evolución de ventas prácticamente plana. Con lo que entrar en un mercado que crece a buen ritmo y a un nivel global puede ayudar a compensar la tendencia descrita.
Por último, este movimiento es una nueva muestra de la tendencia globalizadora que vive en la actualidad el sector de genéricos, un sector caracterizado por operar con reducidos márgenes. Principalmente este factor es el que justifica un elevado interés por reducir costes de fabricación y de distribución y determina la ola de fusiones y adquisiciones en la que estamos inmersos y que prevemos va a continuar en el futuro. Por otra parte, la trayectoria de Ranbaxy parece ejemplificar y confirmar la observación de que cada vez hay más compañías de economías emergentes que están dejando de ser objetivo de adquisición y están pasando a ser compradoras.
Hasta el momento sólo la india Ranbaxy ha hecho explícito que está interesada en la oferta de Merck. No es la primera vez que Ranbaxy intenta llevar a cabo una adquisición de genéricos en Alemania. Hace menos de un año, en marzo de 2006, la también india Dr. Reddy’s la superó en la pugna por la entonces alemana Betapharm. El intento de hacerse ahora con la unidad de genéricos de Merck se nos antoja un tanto audaz, teniendo en cuenta que la facturación de ésta es el doble que la de Ranbaxy. Por lo tanto, o bien se asocia con otra compañía o fondo de inversión que preste sus recursos financieros a la operación o bien amplía su balance emitiendo tanto deuda como capital. Si no fuera así, la situación financiera de la compañía podría quedar fuertemente tensionada.
La cartera de Merck debe tener un gran atractivo para Ranbaxy, ya que supone complementar ampliamente la suya propia. Ranbaxy casi duplicaría el número de principios activos con los que compite, reforzando su presencia en segmentos de mercado de gran demanda, como los de cardiovascular, sistema nervioso central o respiratorio. El ámbito geográfico también se vería reforzado tras el acuerdo, especialmente los grandes mercados norteamericano y japonés.
Aunque probablemente el proceso no estará exento de dificultades por entrar en la pugna otros jugadores, de llegar a buen puerto Ranbaxy multiplicaría por tres su facturación y se situaría en la tercera posición del escalafón mundial de genéricos, tras Teva y Sandoz. Aun sin haberse pronunciado todavía, cabe la posibilidad de que alguna de estas dos compañías presente una contraoferta. A Teva le podría convenir consolidar su liderazgo mundial, mientras que Sandoz podría buscar precisamente desbancar de esta posición a su rival israelí. Tampoco podemos descartar el interés por parte de otras compañías de genéricos, como la norteamericana Watson.
Algunos analistas apuntan además la posibilidad de que una compañía innovadora, una de las grandes del sector, entre también en liza. Se ha especulado acerca del posible interés de Sanofi-Aventis por seguir una estrategia de diversificación hacia el sector de genéricos, al estilo de Novartis. Precisamente los vencimientos de patentes y la competencia de genéricos suponen que para algunas de estas compañías la perspectiva de ingresos para los próximos años no resulte muy halagüeña, pronosticándose una evolución de ventas prácticamente plana. Con lo que entrar en un mercado que crece a buen ritmo y a un nivel global puede ayudar a compensar la tendencia descrita.
Por último, este movimiento es una nueva muestra de la tendencia globalizadora que vive en la actualidad el sector de genéricos, un sector caracterizado por operar con reducidos márgenes. Principalmente este factor es el que justifica un elevado interés por reducir costes de fabricación y de distribución y determina la ola de fusiones y adquisiciones en la que estamos inmersos y que prevemos va a continuar en el futuro. Por otra parte, la trayectoria de Ranbaxy parece ejemplificar y confirmar la observación de que cada vez hay más compañías de economías emergentes que están dejando de ser objetivo de adquisición y están pasando a ser compradoras.
Wednesday, January 10, 2007
¿Cuáles serán los próximos blockbusters?
La cifra de productos que se encuentran en diferentes fases de investigación crece año a año, ayudada por las nuevas tecnologías empleadas en el descubrimiento de fármacos. Las compañías vuelven de este modo a rellenar sus pipelines, por lo que podemos prever para la próxima década un aumento en el número de nuevos medicamentos que alcanzarán el mercado.
Pero la pregunta que muchos se hacen es: ¿Cuáles de estos productos llegarán a la categoría de blockbuster? Aunque es prácticamente imposible adivinar la respuesta, a juicio de los principales analistas del sector hay algunos de ellos que tienen elevadas posibilidades de conseguirlo.
El tratamiento de la diabetes tipo 2 es una de las patologías crónicas de amplia prevalencia que más esta progresando en cuanto a opciones terapéuticas. En este campo hay dos productos con potencial para llegar a ser blockbusters. El pasado mes de octubre Merck & Co. obtuvo de la FDA la aprobación para la comercialización de Januvia (sitagliptina DCI), el primer fármaco de su clase (los inhibidores de la dipeptidil peptidasa IV). Tras el retraso de la decisión de la FDA, Novartis espera para el primer semestre de 2007 la luz verde para Galvus (vildagliptina DCI). Ambos productos pueden administrarse por vía oral, una indiscutible ventaja frente a las opciones que son inyectables.
Acomplia (rimonabant DCI) de Sanofi-Aventis es también el primero de su clase, los antagonistas de los receptores cannabinoides, y ya se encuentra disponible en varios países. Este producto ha demostrado ser eficaz en el tratamiento del llamado síndrome metabólico, que cursa con diabetes, obesidad, hipertensión y dislipemia. La FDA no reconoce aún esta indicación y Sanofi-Aventis espera para 2007 la aprobación para el tratamiento de la obesidad. La EMEA lo aprobó en junio de 2006 como coadyuvante en el tratamiento de la obesidad con factores de riesgo asociados.
En el área cardiovascular destaca MK-0524A de Merck & Co., un combo en fase 3 que incluye Zocor (simvastatina DCI), cuya patente venció en junio de 2006. Zocor reduce el colesterol ‘malo’ (LDL) y la sustancia acompañante aumenta el colesterol ‘bueno’ (HDL), reduciendo los sofocos (un efecto secundario habitual en este tipo de fármacos). Este producto busca compensar la pérdida de facturación de Zocor, que pasará de 4.000 millones de dólares en 2005 a menos de 1.000 millones en 2007. Merck ha previsto solicitar su aprobación durante este año.
El mercado del tratamiento de la aterosclerosis, dominado por las estatinas, podría verse revolucionado con la llegada del producto denominado AGI-1067 de AstraZeneca/AtheroGenics, capaz de revertir la placa de ateroma. Aunque la compañía advirtió de la baja probabilidad de éxito, si éste eventualmente se llegara a materializar, sería un blockbuster indiscutible. Por el contrario, el fracaso sería un duro varapalo para la compañía, necesitada de triunfos tras los recientes reveses sufridos.
En EEUU Merck ha presentado a registro Arcoxia (etoricoxib DCI), un inhibidor de la COX-2 indicado para la artritis. Se espera que la FDA lo apruebe durante este año. El producto ya está disponible en 62 países y tan solo durante los primeros nueve meses de 2006 logró facturar 200 millones de dólares. Aunque su introducción se prevé difícil, por su similitud a Vioxx, que fue retirado en 2004, en su evaluación se ha podido constatar que su riesgo cardiovascular es similar al de diclofenac DCI.
En vacunas cabe resaltar Cervarix de GSK, para el cáncer de cuello de útero, que espera la aprobación de la FDA para este año y que competirá con Gardasil de Merck, aprobado en EEUU en junio. Ambas vacunas tienen potencial suficiente para convertirse en blockbusters.
En biosimilares el año 2007 supondrá un hito al aprobarse en Europa el primer biogenérico de eritropoyetina. Bioceuticals, una filial de Stada, ha sido la responsable de su desarrollo. Stada anunció recientemente un acuerdo de distribución con la americana Hospira.
Aunque estos son algunos de los productos que mayores posibilidades tienen de alcanzar el éxito, aún existe el riesgo de que alguno de ellos no lo consiga. Todavía resuena el fracaso de torcetrapib, de Pfizer, un producto muy prometedor, llamado a ser un blockbuster. Precisamente Pfizer, la compañía líder a nivel mundial, ejemplifica el riesgo y la dificultad de incorporar nuevos blockbusters a la cartera de productos. Desde la introducción de Viagra en 1998 esta compañía no ha sido capaz de lanzar un nuevo blockbuster al mercado.
Pero la pregunta que muchos se hacen es: ¿Cuáles de estos productos llegarán a la categoría de blockbuster? Aunque es prácticamente imposible adivinar la respuesta, a juicio de los principales analistas del sector hay algunos de ellos que tienen elevadas posibilidades de conseguirlo.
El tratamiento de la diabetes tipo 2 es una de las patologías crónicas de amplia prevalencia que más esta progresando en cuanto a opciones terapéuticas. En este campo hay dos productos con potencial para llegar a ser blockbusters. El pasado mes de octubre Merck & Co. obtuvo de la FDA la aprobación para la comercialización de Januvia (sitagliptina DCI), el primer fármaco de su clase (los inhibidores de la dipeptidil peptidasa IV). Tras el retraso de la decisión de la FDA, Novartis espera para el primer semestre de 2007 la luz verde para Galvus (vildagliptina DCI). Ambos productos pueden administrarse por vía oral, una indiscutible ventaja frente a las opciones que son inyectables.
Acomplia (rimonabant DCI) de Sanofi-Aventis es también el primero de su clase, los antagonistas de los receptores cannabinoides, y ya se encuentra disponible en varios países. Este producto ha demostrado ser eficaz en el tratamiento del llamado síndrome metabólico, que cursa con diabetes, obesidad, hipertensión y dislipemia. La FDA no reconoce aún esta indicación y Sanofi-Aventis espera para 2007 la aprobación para el tratamiento de la obesidad. La EMEA lo aprobó en junio de 2006 como coadyuvante en el tratamiento de la obesidad con factores de riesgo asociados.
En el área cardiovascular destaca MK-0524A de Merck & Co., un combo en fase 3 que incluye Zocor (simvastatina DCI), cuya patente venció en junio de 2006. Zocor reduce el colesterol ‘malo’ (LDL) y la sustancia acompañante aumenta el colesterol ‘bueno’ (HDL), reduciendo los sofocos (un efecto secundario habitual en este tipo de fármacos). Este producto busca compensar la pérdida de facturación de Zocor, que pasará de 4.000 millones de dólares en 2005 a menos de 1.000 millones en 2007. Merck ha previsto solicitar su aprobación durante este año.
El mercado del tratamiento de la aterosclerosis, dominado por las estatinas, podría verse revolucionado con la llegada del producto denominado AGI-1067 de AstraZeneca/AtheroGenics, capaz de revertir la placa de ateroma. Aunque la compañía advirtió de la baja probabilidad de éxito, si éste eventualmente se llegara a materializar, sería un blockbuster indiscutible. Por el contrario, el fracaso sería un duro varapalo para la compañía, necesitada de triunfos tras los recientes reveses sufridos.
En EEUU Merck ha presentado a registro Arcoxia (etoricoxib DCI), un inhibidor de la COX-2 indicado para la artritis. Se espera que la FDA lo apruebe durante este año. El producto ya está disponible en 62 países y tan solo durante los primeros nueve meses de 2006 logró facturar 200 millones de dólares. Aunque su introducción se prevé difícil, por su similitud a Vioxx, que fue retirado en 2004, en su evaluación se ha podido constatar que su riesgo cardiovascular es similar al de diclofenac DCI.
En vacunas cabe resaltar Cervarix de GSK, para el cáncer de cuello de útero, que espera la aprobación de la FDA para este año y que competirá con Gardasil de Merck, aprobado en EEUU en junio. Ambas vacunas tienen potencial suficiente para convertirse en blockbusters.
En biosimilares el año 2007 supondrá un hito al aprobarse en Europa el primer biogenérico de eritropoyetina. Bioceuticals, una filial de Stada, ha sido la responsable de su desarrollo. Stada anunció recientemente un acuerdo de distribución con la americana Hospira.
Aunque estos son algunos de los productos que mayores posibilidades tienen de alcanzar el éxito, aún existe el riesgo de que alguno de ellos no lo consiga. Todavía resuena el fracaso de torcetrapib, de Pfizer, un producto muy prometedor, llamado a ser un blockbuster. Precisamente Pfizer, la compañía líder a nivel mundial, ejemplifica el riesgo y la dificultad de incorporar nuevos blockbusters a la cartera de productos. Desde la introducción de Viagra en 1998 esta compañía no ha sido capaz de lanzar un nuevo blockbuster al mercado.
Wednesday, January 3, 2007
Tendencias que caracterizan la industria
Aunque no podamos prever el futuro, nada nos impide analizar el pasado para tratar de comprender el presente, conocer las principales tendencias y estar mejor preparados para afrontar lo que nos pueda deparar el destino .Y qué mejor ocasión para hacer este análisis cuando finaliza un año y empieza otro.
El año ha estado marcado sin duda por numerosas operaciones de fusión, que son el reflejo del proceso de consolidación que vive el sector y que sin duda continuará durante el nuevo año. Entre las operaciones realizadas entre empresas que comercializan productos de marca destacan en especial las protagonizadas por empresas europeas, como la compra de Schering por Bayer, la de Altana por Nycomed, la de Serono por Merck y la de Schwarz por UCB; asimismo también conviene recordar la adquisición de Kos Pharmaceutical por Abbott en noviembre.
La tendencia globalizadora del mercado de genéricos ha motivado compras como la de la alemana Betapharm por parte de la india Dr. Reddy’s en marzo, así como la de la croata Pliva por la norteamericana Barr a comienzos del pasado verano. Entre las adquisiciones realizadas por la también india Ranbaxy cabe señalar la compra de Mundogen, el negocio de genéricos de GlaxoSmithKline en nuestro país.
Durante el 2006 hemos podido constatar en diversas ocasiones cómo las compañías de genéricos intentan ampliar su mercado desafiando las patentes de los fabricantes de marca. Precisamente la mencionada Ranbaxy puede ser un buen ejemplo de esta tendencia, ya que esta compañía destina un 2 por ciento de su facturación a gastos legales y ha interpuesto demandas en varios países para poder comercializar el genérico de Lipitor/Cardyl (atorvastatina DCI). En esta misma línea, para el próximo 22 de enero está prevista la celebración del juicio por la patente de Plavix (clopidogrel DCI), el antiagregante de Sanofi-Aventis que ha protagonizado uno de los contenciosos más sonados del año que acaba de concluir y que le costó el puesto al CEO de Bristol Myers Squibb (BMS). ¿Deberá Apotex, la firma canadiense que comercializa el genérico, rectificar y responder por los daños causados?
Durante los próximos dos años se producirán vencimientos de patentes de medicamentos que suponen 40.000 millones de dólares en EEUU y 25.000 millones de dólares en Europa. Las compañías tratan de hacer frente a esta situación mediante mejoras en la formulación galénica de sus productos o a través de asociaciones de fármacos que ofrezcan ventajas sobre los medicamentos monoproducto. Asimismo la pérdida de facturación por competencia de los genéricos se intenta compensar por diferentes vías, siendo una de ellas la adquisición de compañías de biotecnología con productos prometedores en cartera. Es el caso por ejemplo de la compra de Sirna Therapeutics por Merck & Co acaecida a finales de octubre.
Las compañías farmacéuticas no tratan solamente compensar pérdidas de facturación, sino también se ven obligadas a mejorar márgenes y crecer en beneficios para satisfacer a inversores. Ello supone reducir costes por la vía de la externalización de actividades, de mejorar productividad o de abaratar gastos de personal. Es lo que ha llevado a varias compañías como Merck o Pfizer a cerrar o vender plantas de fabricación o investigación o a trasladar parte de sus actividades a países como China o India, donde los costes laborales son notablemente inferiores. Algunos expertos pronosticaron para 2006 que importantes compañías farmacéuticas llevarían a cabo significativos recortes de plantilla en sus equipos de ventas. Aunque los vaticinios no se han llegado a cumplir, hay serios indicios de que tan solo se han aplazado temporalmente. En octubre Sanofi-Aventis anunció que amortizaría 400 puestos de trabajo de su equipo de visitadores en Francia. Por su parte Pfizer comunicó a finales de noviembre que eliminaría 2.200 empleos de su equipo de representantes en EEUU, el 20% del total.
Estos son algunas de las principales tendencias que han caracterizado la actividad del sector farmacéutico durante el pasado año y que marcarán también la tónica durante el 2007. Las compañías deberán tenerlas en cuenta a la hora de establecer las estrategias que les deberán permitir alcanzar una mayor fortaleza competitiva.
El año ha estado marcado sin duda por numerosas operaciones de fusión, que son el reflejo del proceso de consolidación que vive el sector y que sin duda continuará durante el nuevo año. Entre las operaciones realizadas entre empresas que comercializan productos de marca destacan en especial las protagonizadas por empresas europeas, como la compra de Schering por Bayer, la de Altana por Nycomed, la de Serono por Merck y la de Schwarz por UCB; asimismo también conviene recordar la adquisición de Kos Pharmaceutical por Abbott en noviembre.
La tendencia globalizadora del mercado de genéricos ha motivado compras como la de la alemana Betapharm por parte de la india Dr. Reddy’s en marzo, así como la de la croata Pliva por la norteamericana Barr a comienzos del pasado verano. Entre las adquisiciones realizadas por la también india Ranbaxy cabe señalar la compra de Mundogen, el negocio de genéricos de GlaxoSmithKline en nuestro país.
Durante el 2006 hemos podido constatar en diversas ocasiones cómo las compañías de genéricos intentan ampliar su mercado desafiando las patentes de los fabricantes de marca. Precisamente la mencionada Ranbaxy puede ser un buen ejemplo de esta tendencia, ya que esta compañía destina un 2 por ciento de su facturación a gastos legales y ha interpuesto demandas en varios países para poder comercializar el genérico de Lipitor/Cardyl (atorvastatina DCI). En esta misma línea, para el próximo 22 de enero está prevista la celebración del juicio por la patente de Plavix (clopidogrel DCI), el antiagregante de Sanofi-Aventis que ha protagonizado uno de los contenciosos más sonados del año que acaba de concluir y que le costó el puesto al CEO de Bristol Myers Squibb (BMS). ¿Deberá Apotex, la firma canadiense que comercializa el genérico, rectificar y responder por los daños causados?
Durante los próximos dos años se producirán vencimientos de patentes de medicamentos que suponen 40.000 millones de dólares en EEUU y 25.000 millones de dólares en Europa. Las compañías tratan de hacer frente a esta situación mediante mejoras en la formulación galénica de sus productos o a través de asociaciones de fármacos que ofrezcan ventajas sobre los medicamentos monoproducto. Asimismo la pérdida de facturación por competencia de los genéricos se intenta compensar por diferentes vías, siendo una de ellas la adquisición de compañías de biotecnología con productos prometedores en cartera. Es el caso por ejemplo de la compra de Sirna Therapeutics por Merck & Co acaecida a finales de octubre.
Las compañías farmacéuticas no tratan solamente compensar pérdidas de facturación, sino también se ven obligadas a mejorar márgenes y crecer en beneficios para satisfacer a inversores. Ello supone reducir costes por la vía de la externalización de actividades, de mejorar productividad o de abaratar gastos de personal. Es lo que ha llevado a varias compañías como Merck o Pfizer a cerrar o vender plantas de fabricación o investigación o a trasladar parte de sus actividades a países como China o India, donde los costes laborales son notablemente inferiores. Algunos expertos pronosticaron para 2006 que importantes compañías farmacéuticas llevarían a cabo significativos recortes de plantilla en sus equipos de ventas. Aunque los vaticinios no se han llegado a cumplir, hay serios indicios de que tan solo se han aplazado temporalmente. En octubre Sanofi-Aventis anunció que amortizaría 400 puestos de trabajo de su equipo de visitadores en Francia. Por su parte Pfizer comunicó a finales de noviembre que eliminaría 2.200 empleos de su equipo de representantes en EEUU, el 20% del total.
Estos son algunas de las principales tendencias que han caracterizado la actividad del sector farmacéutico durante el pasado año y que marcarán también la tónica durante el 2007. Las compañías deberán tenerlas en cuenta a la hora de establecer las estrategias que les deberán permitir alcanzar una mayor fortaleza competitiva.
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