Acabamos de conocer una buena noticia. Un reciente informe de la Sociedad Americana del Cáncer (ACS, según sus siglas en inglés) asegura que la mortalidad por cáncer ha descendido por segundo año consecutivo. En el informe se apunta como principales causas la reducción del número de fumadores, la detección precoz y el tratamiento de los cánceres de colon, mama y próstata. Y es que la búsqueda de fármacos efectivos contra el cáncer se encuentra actualmente entre las principales prioridades de las compañías farmacéuticas.
Hasta el momento presente, la búsqueda de terapias antitumorales eficaces se ha centrado en el desarrollo de agentes capaces de destruir de manera selectiva las células cancerosas, diferenciándolas de las células normales. En este sentido, una de las estrategias utilizadas se basa en la especificidad de la respuesta inmune. Los avances en biología celular y molecular hicieron posible la obtención de anticuerpos monoclonales y dio lugar a que numerosas compañías farmacéuticas y de biotecnología se decidieran a invertir en este campo. Los anticuerpos monoclonales constituyen actualmente una de las clases terapéuticas de mayor crecimiento (por encima del 10%), pudiendo llegar a triplicar su tamaño en los próximos tres a cinco años. El primer producto de esta clase que se lanzó al mercado fue rituximab DCI (Rituxan / MabThera), comercializado desde hace una década por Biogen Idec, Genentech y Roche y una de las marcas que dominan el mercado, junto con productos como Herceptin (trastuzumab DCI), también de Genentech, o Glivec/Gleevec (imatinib DCI), de Novartis.
En un principio los anticuerpos monoclonales derivaban del ratón y paulatinamente se han ido humanizando, con lo que se ha reducido su inmunogenicidad, mejorándose el perfil de efectos adversos. El primer anticuerpo monoclonal humanizado fue Herceptin, que se aprobó para el tratamiento del cáncer de mama. Más recientemente se han aprobado otros productos para el tratamiento del cáncer de colon, tales como Erbitux (cetuximab DCI), de ImClone/Bristol-Myers Squibb, y Avastin (bevacizumab DCI), de Genentech/Roche. Este último producto, que ya ha alcanzado la categoría de blockbuster, se convertirá casi con toda probabilidad en 2007 en el antitumoral más vendido, gracias a las aprobaciones que se esperan para este año tanto en EEUU como en Europa. El producto está siendo investigado actualmente en 25 tipos de tumores diferentes, con 130 ensayos clínicos en marcha. No obstante tendrá que hacer frente a la competencia de Sutent (sunitinib DCI) de Pfizer y Nexavar (sorafenib DCI) de Onyx Pharmaceuticals/Bayer, dos productos que se emplean en el tratamiento del carcinoma de células renales.
Uno de los inconvenientes de los anticuerpos monoclonales es su gran tamaño molecular, lo que exige que su administración se haga por inyección o infusión, al contrario que los fármacos de tamaño pequeño, que pueden administrarse más cómodamente por vía oral. Pequeñas compañías, como Ablynx y Domantis han conseguido ya lo que se conoce como nanocuerpos, pues su tamaño es la décima parte del tamaño de un anticuerpo monoclonal, lo que ofrece indudables ventajas. Por ello no es de extrañar que grandes compañías se hayan interesado en establecer acuerdos, como el que se anunció hace unos días entre Boehringer Ingelheim y Ablynx, o realizar adquisiciones, como la compra de Domantis por parte de GlaxoSmithKline (GSK) el pasado mes de diciembre.
Como complemento a su estrategia para posicionarse de forma significativa en el mercado de oncología, dominado indiscutiblemente por Roche y Genentech, GSK ha solicitado tanto en Europa como en EEUU la aprobación de Tykerb (lapatinib DCI), un producto que ha demostrado una gran eficacia en el tratamiento del cáncer de mama en mujeres que no han respondido al tratamiento con Herceptin. Tykerb podría convertirse en cinco años en un nuevo blockbuster.
A pesar de los avances en la terapia oncológica, los citotóxicos son aún mayoría entre los antitumorales que más se emplean, mientras que los agentes terapéuticos dirigidos a dianas específicas suponen la tercera parte de estos productos. No obstante la tendencia que se puede constatar es que estos últimos fármacos serán los más utilizados en menos de una década.
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