Monday, May 25, 2009

El destino de Solvay Pharmaceuticals en el aire


El grupo belga Solvay, productor de sustancias químicas, plásticos y medicamentos, es uno de los pocos conglomerados químico-farmacéuticos que aún perduran. Aunque parece que por poco tiempo, pues la compañía ha contratado a tres bancos de inversión, Citigroup, Morgan Stanley y Rothschild, con el fin de gestionar la venta de Solvay Pharmaceuticals. Tras llevar a cabo una revisión estratégica de esta unidad farmacéutica y de considerar diferentes opciones, los citados bancos han preparado un cuaderno de ventas preliminar que habrían hecho llegar a potenciales compradores. Después de esta primera ronda de ofertas, se ha previsto una segunda en la que se proporcionará una información mucho más detallada, y dirigida a aquellas compañías que hayan expresado su interés en comprar.


En 2008 el grupo Solvay facturó unos 9.600 millones de euros, de los cuales 2.700 millones se obtuvieron del negocio farmacéutico. De acuerdo con analistas del sector, el precio de venta podría situarse entre los 5.000 y los 6.000 millones de euros. Los buenos resultados de la unidad de medicamentos, que aporta la mitad del beneficio operativo, no son suficientes para compensar la caída de la demanda que acusa tanto la unidad de productos químicos como la de plásticos, agudizada por la crisis económica internacional. La venta de Solvay Pharmaceuticals permitiría financiar la adquisición de un nuevo motor de crecimiento para el negocio químico del grupo.


Según informaba Financial Times el pasado mes de abril, la gala Sanofi-Aventis, interesada actualmente en pequeñas y medianas adquisiciones, habría llevado a cabo en marzo un acercamiento a Solvac, la holding familiar que controla el 30 por ciento de Solvay. Ésta al parecer rechazó la oferta por considerarla insuficiente. Otras compañías que también se han citado como posibles interesadas en Solvay Pharmaceuticals son Abbott Laboratories (con quien ya tiene un acuerdo de co-marketing), AstraZéneca (que trabaja con Solvay para lanzar una asociación a dosis fijas de Crestor-TriLipix), Bayer, Merck KGaA, Novartis y Takeda Pharmaceuticals. Se ha llegado incluso a barajar una fusión con la farmacéutica belga UCB.


De los productos que comercializa Solvay sólo tenía en 2008 un producto que facturase más de 500 millones de euros (Fenofibrate), de modo que para un posible comprador, como Sanofi, la repercusión que podría tener en su cartera sería muy modesta. Bajo este prisma no parece que se pueda justificar la operación En cambio, la percepción cambia cuando se analiza el pipeline. Solvay tiene actualmente en desarrollo unos treinta productos, de los cuales una decena se encuentran en la última fase de investigación clínica, algunos de ellos con elevadas probabilidades de éxito. Es sobre todo esta característica la que explicaría su atractivo para diversas farmacéuticas.


Solvay presentaba a finales de 2008 un balance de una solidez indiscutible, en el que la deuda suponía tan sólo una tercera parte del pasivo, por lo que desde el punto de vista financiero no parece hallarse en una situación acuciante que haga necesaria una venta rápida. Por otra parte, el rechazo a la oferta de Sanofi-Aventis indicaría que la familia Solvay pretende vender su participación con una prima importante sobre la cotización de la acción. Todo ello lleva a suponer que el proceso de venta se podrá prolongar al menos durante varios meses. Otras opciones estratégicas, como la búsqueda de compañías o productos, para una eventual adquisición o acuerdo de colaboración, así como la colocación parcial o total en bolsa, han sido descartadas, al menos por ahora.

Sunday, May 10, 2009

Marchando una nueva vacuna


Aunque la prudencia aconseja mantener la guardia en alto, todos los indicios parecen indicar que el globo ya ha comenzado a deshincharse. Según información difundida por la agencia The Associated Press, el balance de fallecimientos hasta el momento asciende a 53, de los cuales 48 han tenido lugar en el país azteca uno en Canadá, uno en Costa Rica y los tres restantes en el país vecino situado al norte de Río Grande. Unas cifras muy modestas y en cualquier caso muy alejadas de las que se difundieron inicialmente.


A lo largo de la crisis, mientras se confirmaba el diagnóstico de nuevos casos en diversos países, iba cobrando interés una de las numerosas cuestiones que se han suscitado con este asunto, la del porqué de los fallecimientos en México. Aunque se han planteado varias hipótesis, como alguna particular característica del genoma de los mexicanos, la mejor y más simple explicación que conozco y a mi juicio la más plausible es la que nos regala el doctor Xavier Tello en su sitio web (blogs.strat-cons.com) y que tiene que ver con el sistema sanitario mexicano. Según su hipótesis, los pacientes fallecidos habrían sido atendidos inicialmente por personas que ejercen de médicos sin disponer de la correspondiente titulación ni preparación.


Con todo, aunque indeseable, la crisis de la nueva gripe nos ha resultado útil por varios motivos. En primer lugar, durante unos días nos ha obligado a poner los pies en el suelo para constatar la vulnerabilidad real de la especie humana. Nada nos garantiza que no pueda surgir en cualquier momento un nuevo virus causante de una pandemia similar a la de 1918. Además ha servido para poner a prueba la capacidad de la OMS y de los distintos gobiernos y administraciones sanitarias para gestionar una crisis sanitaria de dimensión internacional. Asimismo estamos aún comprobando la capacidad de la comunidad científica y de la industria farmacéutica para responder de forma eficaz a la grave amenaza que puede representar la aparición de un nuevo virus de alta patogenicidad.


Por otra parte, tal como certeramente observaba hace pocas fechas Pedro J. Ramírez en una de sus sábanas dominicales, sin duda ésta ha sido la primera pandemia.com. A través de Google hemos podido realizar un seguimiento informativo minucioso y puntual de la evolución de la crisis. Pero además, el célebre buscador ha posibilitado detectar la aparición de nuevos focos gracias al análisis del patrón de consultas realizadas por los ciudadanos. A través de Internet numerosas personas han podido proveerse de máscaras y otros productos. Y hasta los falsificadores de medicamentos han intentado sacar provecho haciendo uso del comercio electrónico.


Por su parte, la industria farmacéutica ha dado en este asunto una muestra más de responsabilidad, donando millones de dosis de sus fármacos a la OMS y volcándose plenamente en colaborar con las autoridades sanitarias. Al contrario de lo que algunas voces críticas han insinuado, nada hay que indique que las compañías farmacéuticas implicadas han tratado de explotar la situación en su beneficio. Además, en el caso concreto de GlaxoSmithKline y Roche (fabricantes respectivos de Relenza y Tamiflu), basta con fijarse en que los ingresos de sus antivirales representan una parte muy modesta del total y ni la crisis de la gripe aviar ni la actual han tenido un impacto significativo en la evolución de sus cotizaciones bursátiles. En ninguno de los dos casos la gripe es la solución a los desafíos actuales a los que se enfrentan.


Son demasiadas las críticas, muchas de ellas sin fundamento, y en cambio muy pocos los elogios que recibe este sector. ¿Cuántos han reconocido estos días los méritos y los logros de esta industria a la que debemos una parte importante de nuestro bienestar y en la que todos confiamos para que sigan aportándonos nuevas y mejores soluciones terapéuticas? En cambio, todos deseamos y esperamos que la vacuna contra el nuevo virus o contra cualquier otro que pueda sucederle esté a punto cuanto antes. Y si es posible, gratis. ¡Marchando una nueva vacuna!