Tuesday, October 30, 2007

Nubes en el horizonte de Eli Lilly

Aunque los resultados del tercer trimestre de Lilly han sido excelentes (la facturación ha crecido un 19 por ciento y el resultado neto un 6 por ciento), menos de una semana después de su presentación y presionada por el rotativo The Wall Street Journal ha comunicado la suspensión de dos estudios clínicos de fase II en los que evaluaba el tratamiento con prasugrel (un antiagregante plaquetario licencia de Daiichi Sankyo), al parecer por necesidad de revisar los protocolos y ajustar las dosis del fármaco.

La detención de los dos estudios con prasugrel puede llevar a la FDA a demandar estudios posteriores que den mayores garantías para aprobar su comercialización, con lo que se podría posponer al menos un año la llegada del fármaco al mercado. Ello ha motivado que numerosos analistas reconsiderasen su punto de vista respecto al futuro del producto más importante en el pipeline de Lilly. Como reacción a la noticia, al día siguiente la acción de la compañía perdió más de un 6 por ciento de su valor, la mayor caída en un solo día en los últimos cuatro años.

Para superar los desafíos que Lilly tiene en su horizonte próximo, prasugrel es la gran esperanza. En 2011 vencen las patentes de los cinco productos de mayor venta de su cartera (entre ellos el antipsicótico Zyprexa, que le supone el 25 por ciento de sus ingresos) y el mencionado fármaco le debería permitir compensar las pérdidas de facturación previstas como resultado de la competencia de genéricos. Varios analistas han estimado la facturación anual esperada entre los 2.000 y los 3.000 millones de dólares. Para ello Lilly debe demostrar que prasugrel es superior a sus alternativas en el mercado.

Crece la tendencia a instaurar tratamientos con antiagregantes en pacientes (portadores o no de stents) con elevado riesgo de infarto de miocardio o cerebral. Actualmente el producto líder es Plavix (clopidogrel), que comercializan conjuntamente Bristol Myers Squibb y Sanofi-Aventis. Plavix facturó el pasado año más de 6.000 millones de dólares a nivel mundial (el segundo medicamento más vendido del mundo). Prasugrel parece ser un antiagregante mucho más potente que clopidogrel y podría ser una alternativa superior a éste, ya que parece funcionar bien incluso en pacientes que no responden al fármaco de BMS. No obstante la potencia antiagregante constituye un arma de doble filo, ya que el riesgo de sangrado puede ser mayor.

Ahora de lo que se trata es de saber si el problema se limita a un ajuste de dosis o si hay algo más grave. Para cuando lean estas líneas probablemente se habrá despejado la incógnita ya que Lilly habrá presentado en la reunión anual de la American Heart Association los resultados del estudio TRITON, el más importante realizado hasta la fecha con prasugrel y en el que han participado cerca de 14.000 pacientes. Si realmente hubiese un alto riesgo de sangrado con prasugrel, lo lógico sería pensar que este importante estudio no habría llegado a su fin y se habría interrumpido mucho antes.

Lilly ya avanzó que la suspensión de los dos estudios menores no es representativa del resultado del estudio mayor. Por el momento, aunque Lilly confía en que prasugrel no tenga el mismo destino que torcetrapib de Pfizer, el hecho de que la compañía no comentara los motivos clínicos de la suspensión hace ser pesimistas a los bancos de inversión.

Thursday, October 25, 2007

La venta de Biogen Idec

La reciente decisión del Consejo de Administración de Biogen Idec de poner en venta la compañía ha desatado todo tipo de especulaciones acerca de quién podría ser el comprador. Como probables candidatos se ha apuntado, entre otros, a Pfizer, GlaxoSmithkline, Sanofi-Aventis, Johnson & Johnson o Novartis. En términos generales las grandes del sector farmacéutico están necesitadas de compensar las pérdidas de ventas por vencimientos de patentes y asegurar su crecimiento futuro, para lo que no les basta con la escasa producción de la I+D propia. Por lo tanto se ven abocadas a recurrir a las adquisiciones, contando para ello con abundante tesorería.

Pfizer es sin ir más lejos un buen ejemplo de lo anterior. En menos de cinco años se enfrenta a la pérdida de patente de prácticamente la mitad de su facturación. Además, la pasada semana ha anunciado que abandona la comercialización de Exubera, su insulina inhalada. Este mismo mes ha comunicado la puesta en marcha de un centro de bioinnovación y bioterapéutica en San Francisco, al que bien se le podría llamar también unidad de biotecnología. Aunque el desarrollo interno sea tal vez el camino más económico, sin duda el más rápido es la adquisición. Y Pfizer no tiene tiempo y, en cambio, sí tiene dinero. Precisamente, a finales del segundo trimestre de este año Pfizer contaba con 22.000 millones de dólares en el bolsillo para invertir (casualmente la capitalización bursátil aproximada de Biogen Idec).

Cada vez más vemos cómo las compañías tradicionales están adquiriendo o tomando participaciones en compañías biotecnológicas como vía para reponer facturación y rellenar los empobrecidos pipelines. Algunos analistas barajan incluso la posibilidad de que la eventual venta de Biogen Idec pueda poner en marcha una ola de adquisiciones de compañías biotecnológicas, entre las que se mencionan nombres como Genzyme, Onyx o Gilead. Parece lógico pensar que las candidatas más probables a ser adquiridas deberían ser aquellas que ya alcanzan facturaciones significativas.

Como suele ocurrir, la operación de venta de Biogen Idec no está exenta de obstáculos. Para algunos analistas el acuerdo que Biogen Idec mantiene con la irlandesa Elan para la comercialización de Tysabri (natalizumab) podría ser un inconveniente para la venta de la primera. Al parecer en el supuesto de que Biogen Idec se vendiera, Elan cuenta con los derechos para adquirir a su socio el 50 por ciento que éste tiene en la comercialización del producto. En este caso, para salvar este escollo, el posible comprador podría verse obligado a ofrecer un monto significativo a Elan.

Pero esta no es la única dificultad para la eventual venta. Biogen Idec y Genentech comercializan conjuntamente Rituxan (rituximab), un producto para tratar la artritis reumatoide y el linfoma de no-Hodgkins. En el caso de que se produjese un cambio significativo en el control de la compañía, Genentech podría ejercer sus derechos de recompra.

Además, para que el organismo norteamericano que vela por la defensa de la competencia diese luz verde a la operación, el comprador podría verse en la necesidad de desprenderse de algunos activos. Por ejemplo, si el comprador fuese Pfizer, esta compañía comercializa Rebif (interferón beta-1a) conjuntamente con Merck Serono, que es un competidor directo de Avonex (interferón beta-1a), el principal producto de Biogen Idec para el tratamiento de la esclerosis multiple. Una eventual compra de Biogen Idec por parte de Pfizer daría lugar a una posición de dominio en este mercado que tal vez resultase inaceptable para las autoridades.

Tal vez Biogen Idec no sea el candidato ideal de las biotecnológicas. No obstante, el atractivo de la compañía (por su facturación y su bagaje en anticuerpos monoclonales), junto con el hecho de que haya sido ésta la que haya tomado la decisión de ponerse a la venta es lo que hace creer a muchos analistas que la operación pueda llevarse a término.

Tuesday, October 9, 2007

Almirall: una multinacional farmacéutica europea

Durante las dos últimas décadas las empresas españolas han experimentado un formidable proceso de apertura hacia el exterior y por primera vez en la historia económica de nuestro país contamos con firmas españolas multinacionales en sectores tan diversos como alimentación, moda, banca, energía, telecomunicaciones o farmacia. En este último sector hemos sido testigos en los últimos años de cómo ha ido creciendo la dimensión y proyección internacional de varias compañías españolas, entre las que destaca de manera especial Laboratorios Almirall, la primera multinacional española del sector, presente de forma directa o indirecta en más de un centenar de países, en cuatro continentes. El negocio exterior alcanza ya una contribución superior al 45 por ciento de la facturación total de la compañía.

Los recursos obtenidos el pasado mes de junio tras su brillante colocación en bolsa del 30 por ciento de su capital junto con fondos procedentes de préstamos de entidades de crédito han permitido a Almirall continuar con su plan de expansión en el exterior. Primero con la compra a Reckitt Benckiser de la alemana Hermal, especializada en dermatología, por 376 millones de euros. Y ahora con la compra de ocho marcas a la británica Shire por 151 millones de euros. Si con la compra de Hermal afianzaba su presencia en el mercado alemán, con la compra de los productos de Shire amplia su expansión en otro mercado tan importante como el británico, mientras refuerza de paso algunos otros mercados europeos.

En la presente operación Shire ha decidido desprenderse de marcas que considera que no forman parte de su negocio clave. Su estrategia consiste en focalizarse en mercados muy especializados, en los que aspira a ser líder, como el del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o el síndrome de Hunter, una enfermedad hereditaria rara. Aunque la patente de su principal producto, Adderall XR, para el TDAH, vence en un par de años, ya tiene sustituto (Vyvanse), tras completar en este ejercicio la adquisición de la norteamericana New River Pharmaceuticals. Los ingresos que ahora obtiene con la venta a Almirall le permiten enjugar parte de la deuda asumida en la anterior operación.

Un informe reciente de la consultora PricewaterhouseCoopers señala que en el primer semestre de este año se cerraron en el sector sanitario un total de 995 acuerdos de compra que totalizaron 140.000 millones de dólares. La crisis de las hipotecas ‘subprime’ que se inició el pasado mes de agosto y las restricciones de liquidez posteriores condicionarán probablemente que el número de acuerdos sea menor en esta segunda parte del año. No obstante, la necesidad de buscar fuentes alternativas de facturación que reemplacen las pérdidas derivadas de los vencimientos de patentes, así como la abundante tesorería en manos de importantes compañías del sector nos depararán con toda seguridad nuevas e importantes transacciones. Precisamente el atractivo pipeline de Shire, que se refleja en la evolución de su cotización bursátil, ha alimentado las especulaciones que la sitúan en el punto de mira para ser comprada por alguna de las grandes del sector.

Es meridianamente claro que la estrategia de Almirall pasa por apostar por la I+D y por internacionalizar la compañía. La inversión de Almirall en investigación es considerable, dedicando a esta partida uno de cada cinco euros que factura, lo que contribuyó de manera decisiva a que durante la última edición de los Premios Fundamed-El Global le fuera concedido el premio a la compañía farmacéutica del año. Almirall viene desarrollando su proceso de internacionalización tanto a través de acuerdos de licencia (in- y out-) como de adquisiciones. Pero para que una estrategia así tenga éxito, no basta con disponer de recursos financieros suficientes. Es preciso contar con el personal adecuado. Y aquí es donde los hermanos Jorge y Antonio Gallardo tienen en su haber uno de sus principales activos, esto es, el haber sabido conjuntar un equipo de directivos profesionales, bien preparados y motivados, capaces de desarrollar el fuerte liderazgo que se necesita para llevar a cabo la transformación de la organización desde una empresa familiar eminentemente nacional hacia una multinacional europea.