Monday, February 2, 2009
La tercera megafusión de Pfizer
Aunque todavía quedan casi once meses por delante, creo no equivocarme al afirmar que va a ser la noticia del año de nuestro sector. Y aún así, no me parece que vaya a ser la más sorprendente de todas, pues desde hace bastantes meses se venía esperando un movimiento así de Pfizer. Precisamente hace dos semanas, volvíamos a poner de manifiesto una vez más el principal reto del gigante norteamericano: encontrar una solución a esa ‘bomba de relojería’ llamada Lipitor. Reconozco que entonces me excedí de prudente y erré el pronóstico: Pfizer no ha tardado meses, sino tan sólo unos pocos días en ejecutar la esperada operación.
Los últimos tiempos cada vez que se hablaba de operaciones de compra en el sector, inmediatamente surgía el nombre de Pfizer. Se la ha relacionado con numerosas y variadas compañías. Por ejemplo con grandes farmacéuticas, como Bristol-Myers Squibb; con empresas de genéricos, como Ranbaxy; con biotecnológicas, como ImClone o Amgen; con compañías de menor dimensión y enfocadas a nichos de mercado específicos, como Shire. Incluso se había llegado a especular hace más de dos años con la compra de Wyeth. Han sido tantos los rumores que al final alguno de ellos debía resultar cierto.
Recientemente había indicios de que algo importante se estaba cocinando. Por ejemplo, el pasado diciembre tuvimos una fuerte evidencia cuando a través de Forbes supimos (esta sí fue una noticia sorprendente) que por primera vez en 42 años Pfizer no incrementaba el dividendo que paga trimestralmente a sus accionistas (ver Forbes). Una señal que algunos analistas (como el reputado Michael Krensavage) interpretaron correctamente en el sentido de que estaba acumulando un ‘war chest’ para una operación próxima a su culminación.
Dos megafarmacéuticas se fusionan, o una absorbe a la otra. ¿Y qué? Lo hemos visto en otras ocasiones, teniendo incluso a Pfizer como protagonista, por lo que ya ha dejado de ser una novedad. Pero en este caso hay un detalle que llama nuestra atención y se trata del sitio web (premierbiopharma.com) que ambas compañías han puesto en marcha al mismo tiempo. Tras aceptar una advertencia legal (‘disclaimer’), se puede acceder a información dirigida a los diferentes públicos de interés. Este aspecto formal sí que lo podemos calificar como novedoso.
Pero dejando al margen las formalidades y volviendo a lo verdaderamente sustancial de la noticia, lo que ahora cabe preguntarse es si esta operación acaba por resolver el principal problema de Pfizer y si, por tanto, crea valor para el accionista. Hemos sido testigos de cómo las anteriores dos megafusiones lo acabaron destruyendo. ¿Por qué debemos suponer entonces que en esta ocasión será diferente? Desde la absorción de Pharmacia-Upjohn han pasado poco más de cinco años…para seguir más o menos en el mismo sitio. Y eso es lo que probablemente sucederá si no aparecen nuevos productos innovadores. Porque ese es el verdadero quid de la cuestión.
En estos últimos años Pfizer ha visto frustrados todos sus intentos de incorporar a su catálogo los nuevos blockbusters que necesitaba para asegurar su futuro, por lo que se ve de nuevo abocada a recurrir a la megafusión. La compañía resultante reducirá puestos de trabajo (un 15 por ciento según han informado), cerrará plantas y tratará de aprovechar todas las sinergias potenciales existentes. La cúpula directiva habrá ganado un poco más de tiempo. Y cuando este ya se esté agotando de nuevo, ¿a repetir la operación? ¿Es este realmente un modelo de negocio sostenible? ¿Hasta cuándo?
Nota: Mi agradecimiento a Business Wire por la histórica foto.
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