Aunque la vía de aplicación transpulmonar no ha alcanzado aún su máximo desarrollo, es indudable que cada vez hay más compañías que intentan desarrollar fórmulas y dispositivos que permitan administrar con fines terapéuticos péptidos, proteínas y otras sustancias lábiles a la acción de los enzimas digestivos. Actualmente ya se está trabajando con heparina (anticoagulante), interferones (para la esclerosis múltiple) o calcitonina (para la osteoporosis). El objetivo es ofrecer a los pacientes una mayor comodidad de administración, liberándoles de las habituales inyecciones.
En este sentido, el pasado mes de septiembre de la mano de Pfizer llegaba al mercado norteamericano Exubera, la primera insulina que se aplica por inhalación y que permite evitar los molestos pinchazos diarios. Semejante ventaja hacía prever a numerosos analistas un notable éxito del producto, llegando a pronosticar ventas de 1.500 a 2.000 millones de dólares en 2010. Tras medio año el resultado alcanzado queda muy por debajo del objetivo inicial. Las prescripciones semanales alcanzan en la actualidad las 1.300, en contraposición con las 39.000 que ya alcanza Januvia (sitagliptina DCI), el nuevo antidiabético de Merck & Co.
Exubera no ha obtenido hasta ahora la aceptación mayoritaria de médicos, aseguradoras y pacientes y está por ver si Pfizer recuperará al menos los 1.300 millones de dólares que pagó para adquirir los derechos del fármaco. Las previsiones actuales se sitúan en la banda de los 250 a 300 millones de dólares anuales. Sin duda, este hecho rebajará las expectativas de los competidores que están trabajando ya en insulinas para su administración de forma inhalada (MannKind, Eli Lilly/Alkermes, Novo Nordisk).
Pero, ¿a qué se debe esta brecha entre la previsión y la realidad en el caso de Exubera? Uno de los factores que explicaría esta diferencia es la incomodidad de manejo del dispositivo de aplicación, que tiene un tamaño equivalente a una botella de medio litro y que dificulta la deseada discreción por parte del usuario. También se apunta un segundo factor que está relacionado con la seguridad del producto a largo plazo. A los clínicos les preocupa el efecto que pueda tener sobre los pulmones el uso continuado del producto y demandan más garantías. En tercer lugar se señala el coste del tratamiento. Las aseguradoras no creen que Exubera haya demostrado ofrecer un valor adicional que justifique su coste (en EEUU la insulina inhalada cuesta 5 dólares al día, comparado con 2-3 dólares al día que se paga por la inyectable) y piden más documentación al respecto. Adicionalmente algunos médicos ven un inconveniente en el limitado número de formatos disponibles, que dificulta prescribir al paciente la dosis adecuada de insulina. Asimismo Exubera es una insulina de acción rápida y los médicos prefieren para algunos pacientes el tratamiento con insulinas de acción prolongada.
Por el momento Pfizer ha previsto lanzar una campaña dirigida a los pacientes explicándoles el uso del inhalador y ha contratado a cientos de educadores en diabetes para que expliquen el producto a pacientes y médicos, pues no es difícil imaginar que se requiere tiempo para cambiar sus hábitos y acostumbrarles a la nueva vía de administración. Los ejecutivos de Pfizer confían así en dar un impulso extra a la introducción del nuevo producto.
Un lanzamiento deslucido resulta preocupante para la compañía, que ha perdido desde el 2000 cerca de la mitad del valor de la cotización de sus acciones. Pfizer está necesitada de revitalizar su cartera y sus estancadas ventas, para compensar así las futuras pérdidas de patente, sobre todo de Lipitor/Cardyl (atorvastatina DCI), su producto estrella, del que todavía es muy dependiente.
A pesar de todo, durante el próximo lustro veremos probablemente aparecer en el mercado nuevas insulinas inhaladas. Aunque analistas e inversores se están preguntando en este momento si el mercado de la insulina inhalada es tan grande como se pensaba en un principio, es de esperar que la nueva generación de inhaladores, mucho más pequeños y cómodos de utilizar, atraiga más prescripciones que hasta ahora.
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