Monday, November 3, 2008
Más recortes de plantilla en la industria
Si el buen gestor acostumbra a trabajar con un ojo vigilando permanentemente la cuenta de resultados, en nuestro sector actualmente eso no basta. Al menos se necesita un ojo y medio. ¿De qué otro modo, si no, se pueden sostener las expectativas de mantener el beneficio por acción? Los condicionantes actuales que caracterizan al sector obligan a los consejeros delegados a revisar continuamente la previsión de ingresos y, ya que hoy lo más habitual es que ésta se vea modificada a la baja, a actuar sobre las partidas de gasto para salvar al menos el resultado final.
A ello responde el hábito (por desgracia) cada vez más extendido de anunciar recortes de plantilla, tal y como acaba de hacer de nuevo la norteamericana Merck & Co. Tras finalizar un programa por el que ha eliminado más de 10.000 empleos, se propone reducir 7.200 más hasta finales de 2011, de los que una cuarta parte corresponderá a niveles directivos medios y altos. En buena parte la decisión de recortar el 12 por ciento de su fuerza laboral responde sin duda a la necesidad de compensar el retroceso de su beneficio en un 28 por ciento.
Este anuncio viene precedido por los de otras grandes del sector. Pfizer ya se comprometió públicamente a eliminar 10.000 puestos. GlaxoSmithKline (GSK) otros 5.000. AstraZéneca anunció un recorte de 7.600 y Novartis anunció planes en diciembre para reducir su plantilla en 2.500 empleados, 550 de ellos en su fuerza de ventas de EE.UU. Debido a que los nuevos productos van orientados mayormente a mercados especialistas que a generalistas, se requieren menos representantes para informar a los médicos, por lo que muchas de las reducciones de personal están afectando a los departamentos de ventas de las compañías.
Pero también a los de I+D. Es el caso, por ejemplo, de Wyeth, quien se propone reducir de 14 a 6 las áreas de investigación (oncología, inflamación, neurociencia, vacunas, trastornos metabólicos y trastornos músculoesqueléticos) y de 60 a 27 el número de enfermedades en las que investigar. Con esta concentración de sus esfuerzos investigadores pretende alcanzar una mayor eficiencia y mejorar su productividad. En enero pasado anunció su programa ‘Project Impact’ de reducción de gastos y recortó 1.200 empleos.
Ahora IMS acaba de publicar un informe en el que revisa a la baja la facturación prevista de la industria. Según los analistas los resultados pueden ser todavía peores que los que inicialmente se previeron. Para el mercado norteamericano, el primero a nivel mundial, el crecimiento previsto se sitúa en tan sólo el 1 por ciento, el más bajo de los últimos 40 años. Uno de los factores que se ha tenido en cuenta al hacer esta estimación es la posición más conservadora, debido a su preocupación por la seguridad, que está adoptando la FDA a la hora de otorgar nuevas aprobaciones. El número de éstas se encuentra en el nivel más bajo de los últimos 24 años, según informa Bloomberg.
Algunas compañías están padeciendo además las consecuencias de largos procesos judiciales que se derivan de demandas colectivas en relación con la seguridad de ciertos medicamentos. Por ejemplo, Merck & Co acordó en fechas recientes abonar 4.850 millones de dólares a demandantes que declararon haber padecido efectos cardiovasculares que se habían asociado al consumo de Vioxx, retirado del mercado en 2004.
Todo parece apuntar a que en el futuro inmediato la reducción de empleos va a continuar siendo más la regla que la excepción. Sobre todo si las compañías investigadoras siguen sufriendo nuevos reveses o retrasos en las aprobaciones de nuevos productos. La actual coyuntura impone por tanto a quienes tienen la máxima responsabilidad frente a sus accionistas el deber de seguir adaptando el tamaño de las compañías a los ingresos esperados.
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