A pesar del complicado entorno al que deben hacer frente actualmente las compañías farmacéuticas, de la retahíla de dificultades por sortear y de las amenazas que conjurar, algunas consiguen presentar resultados anuales más que aceptables. Es el caso, por ejemplo, de AstraZeneca, que hace unos días ha anunciado un crecimiento de su beneficio neto superior al 28% en 2006. Estos excelentes resultados deben agradecérselos básicamente al magnífico comportamiento de cinco de sus productos clave: Seroquel (esquizofrenia), Nexium (acidez gástrica), Crestor (colesterol), Symbicort (asma) y Arimidex (cáncer de mama). La compañía cuenta en estos momentos con un total de 11 blockbusters, siendo mayoría los que tienen crecimientos de dos dígitos.
No obstante, al tiempo que presentaban tan envidiables logros, anunciaban que en los próximos tres años reducirían su plantilla en 3.000 puestos, situándose así en la estela de compañías como Pfizer, Merck o Lilly. Una de cal y otra de arena. Y es que los negros nubarrones que vislumbran en el horizonte les exige revisar concienzudamente sus operaciones, analizar y eventualmente contener o reducir gastos y tratar de reforzar el pipeline a través de medidas que permitan aumentar la productividad de la I+D propia, así como de alianzas o adquisiciones. Todo ello en aras a asegurar que se compensarán las más que probables pérdidas de facturación que conllevará el vencimiento de las patentes de algunos de sus productos más importantes y que se alcanzará un crecimiento sostenido de la compañía.
Durante los últimos meses la compañía anglo-sueca ha tenido que soportar algunos reveses en la investigación de varios productos. Sin ir más lejos, el pasado octubre los malos resultados de un estudio clínico llevaron a abandonar el desarrollo de un prometedor producto para el ictus. Asimismo, está en el aire el futuro del fármaco denominado actualmente AGI-1067, que podría suponer una revolución en el mercado de las estatinas, ya que es capaz de revertir la placa de ateroma. Para conocer la respuesta a esta incógnita deberemos esperar hasta finales de marzo. Aunque en cualquier caso el producto no se comercializará durante este año, una respuesta positiva supondría una importante inyección de moral para el personal, después de los contratiempos sufridos en meses anteriores.
A la competencia de genéricos y a la dificultad para conseguir nuevos blockbusters sustitutivos, AstraZeneca debe ahora añadir un problema adicional: su principal producto, Seroquel, se enfrenta en EEUU a 10.000 demandas de pacientes, similares a las presentadas contra Eli Lilly por Zyprexa. Probablemente los acuerdos alcanzados por Lilly con los demandantes han generado nuevas expectativas y han incitado a presentar las demandas contra AstraZeneca.
En el ámbito de los acuerdos con otras compañías AstraZeneca parece querer transmitir el mensaje de que la adversidad se combate con perseverancia y audacia. La actividad en este terreno está siendo frenética, poniendo especial interés en la incorporación de productos biológicos. El pasado año se llegaron a cerrar 12 acuerdos, de los cuales nueve de ellos fueron colaboraciones en investigación y los otros tres han sido adquisiciones. Este año el ritmo está siendo muy superior. El pasado mes se hizo público un acuerdo con Bristol-Myers Squibb para desarrollar y comercializar dos nuevos productos antidiabéticos, lo que ha reavivado el rumor de fusión entre las dos compañías. Recientemente se han cerrado cuatro acuerdos en tan solo una semana. Ha adquirido Arrow Therapeutics, una compañía británica de biotecnología que desarrolla productos para tratar el virus de la hepatitis C y el virus respiratorio sincitial; y ha firmado tres acuerdos de licencia en las áreas de obesidad, de asma y de anticuerpos monoclonales, que permiten múltiples aplicaciones.
Hace tan solo un año, el presidente de la compañía, David Brennan, manifestó que abandonarían la investigación en hipertensión, trastornos gastrointestinales, síndrome del intestino irritable, enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, adicción, insomnio e ictus y que se focalizarían en obesidad, infecciones, proyectos de inhalación, analgesia y cáncer. La última revisión de su cartera de I+D revela un total de 120 proyectos, que incluyen 95 nuevas moléculas y 25 oportunidades de gestión del ciclo de vida de productos ya comercializados. Así pues, tanto desde el punto de vista interno como externo, la compañía parece tener fortaleza suficiente para seguir manteniéndose entre las diez primeras del escalafón a nivel mundial.
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