Pfizer reforzará de este modo su cartera de medicamentos establecidos (GEP, global established products), a la que sumará la amplia gama de inyectables genéricos de Hospira. Los analistas e inversores interpretan este movimiento como una clara señal hacia una eventual escisión dentro de un par de años.
Por ello, al contrario de lo que ocurriera durante el intento de adquisición de AstraZéneca, los accionistas han recibido la noticia con entusiasmo, pues están convencidos de que la escisión en dos o más empresas les aportará más valor y ahora ven más cercana esta posibilidad.
Recordemos que tras el relevo en la dirección de Pfizer a finales de 2010, Ian Read, el nuevo consejero delegado, inició un proceso de desinversión y reorganización de activos. De este modo se desprendió de su negocio de salud animal (Zoetis) y traspasó a Nestlé el negocio de nutrición infantil. Asimismo reorganizó su cartera en tres divisiones: la de nuevos productos protegidos por patente (Global Innovative Pharma), la de productos establecidos (GEP) y otra que incluye vacunas, medicamentos para el cáncer y productos de consumo.
La facturación de Hospira ronda los 4.400 millones de dólares. Es el mayor fabricante de inyectables genéricos y está consolidando su posición en el negocio de biosimilares. Hospira fue la primera compañía norteamericana en comercializar biosimilares en Europa. El pasado año introdujo Inflectra (infliximab), el principio activo de Remicade y ahora espera la aprobación de la FDA.
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